Selección de poemas del Foro Alaire

El amor ha sido uno de los principales temas de la poesía de todos los tiempos. El amor soñado, el amor celebrado, el amor perdido, el amor desesperado… y hasta el desamor. Aun hoy, después de todo el surrealismo, el dadaísmo, el ultraísmo, el creacionismo y todas las vanguardias, después de la poesía de la existencia, los novísimos, el postismo… aun hoy, Bécquer y Darío siguen vivos y el amor sigue siendo uno de los temas preferidos, tanto por los poetas como por aquellos que se acercan a la poesía solo para degustarla.
Traemos hoy siete poemas extraídos de nuestro Foro. Son muy distintos, pero todos están cobijados por la sombra transparente del amor.

Valentín Martín.- TERESA

Antes de ti la nada.
Tú desatas los nudos del silencio,
subes el tiempo al altar de los relojes,
adoras gentilmente a los vencidos
y conviertes los puños en caricias.
Hoy camino por tu rumbo sin sombra
de sospecha, voy de la T a la A
con la devoción de los discretos,
como una golondrina herida que busca
su refugio y me proclamo
prófugo de un pasado ingrávido.
Suave es la S donde se arrodillan
las noches de los suicidas aparentes
mientras la E levanta banderas
y la R escribe tormentas de amor.
A la sombra de tu nombre me reinvento,
reclamo afinidades con el hombre
y ya nunca estaré solo como un árbol
mientras no decline tu talle
o siembres de olvido las mañanas.

El autor declara que su integridad vital sólo la consigue si tiene a su amada, si está unido a ella, si la posee y a su vez es poseído. Sin ella, la vida no es que esté incompleta, que sea imperfecta: es que no existe esa vida.
Es la amada quien acerca la palabra a su boca silenciosa, quien inyecta en su pecho la ilusión de futuro, quien sabe amarlo incluso en el fracaso, quien aplaca su masculina ira y la transforma en amor.
Antes de ti la nada.
Tú desatas los nudos del silencio,
subes el tiempo al altar de los relojes,
adoras gentilmente a los vencidos
y conviertes los puños en caricias.

Lourdes Spin.- BOLERO EN PARIS

Por fin la noche llega y respiro tu hombro;
falo fugaz, insecto de mis rías.
La ventana abierta
y los tejados tangibles de París.

De pronto me descubres limpia:
ángel de espuma dices,
flor del agua dices,
tierna tú.

Y yo que me reviento de las ganas,
mujer de carne y huesos
y otra vez carne abrasada.
Pulpa puta de puma yo.

Te revuelco hasta mi sima turbia.
Ángel hambriento,
flor del magma.
Tientas tú.

Huí otra vez por la ventana. Adentro,
patinan tus ojos asombrados
por los tejados tangibles de París.

Encendida:
—¿A dónde irá la luna
mientras tú me sondeas con caricias?—

—Tu eres la luna,
dices.—
El amor cobra su cromatismo más purpúreo. El amor ha dejado de ser platónico para convertirse en amor consumado. La pasión primaria e instintiva se ennoblece con la sublimación poética y el acto de amar adquiere un matiz diferenciador; humano, sí, pero, a la vez, celestial.
Te revuelco hasta mi sima turbia.
Ángel hambriento,
flor del magma.
Tientas tú.

Alejandra Goerne.- EN CONTRA

“Porque a veces somos peces
nadando contra corriente
y aún así…. se disfruta
la humedad de las escamas”
Te amo
contra la pared que se desploma,
tu gesto fruncido,
la lagrima que hace fila.
Una larga lista de cosas por hacer,
contra el hastío de las horas.

Te amo
contra los bolsillos vacíos,
la posibilidad debilitada,
la permanencia de las cargas.
Contra la labor  detenida,
y los sueños de crayolas.

Te amo
contra la desfondada almohada
tu desgano y mi desgano acéfalo
o las ganas de oleaje repentinas.
Contra esta, sola historia
vacía y tan llena al mismo instante….yo te amo
La poeta sabe que el camino del amor no está tapizado de pétalos. Sabe que amar es una constante lucha contra todo lo que se opone al amor.
Sabe que ha de luchar contra la persistencia del tiempo, que arruina los más firmes muros; contra las mil dificultades de la vida, que nos sumen en la tristeza e, incluso, en el llanto; contra la monotonía del agotador trabajo cotidiano y contra el tedio de una vida que nos oscurece en la mediocridad, sin más luz que el amor.

Te amo
contra la pared que se desploma,
tu gesto fruncido,
la lágrima que hace fila.
Una larga lista de cosas por hacer,
contra el hastío de las horas.

 

Ricardo Serna G.- YO TE AMO

Yo te amo…así como soy
en el mismo bosque de mis palabras
con apariencia de viento en libertad,
con las manos de pasajero
pronunciando la vida,
con venas de arena y playa,
con el sol de pecho ardiente
y pez que se asfixia
con los sueños desarmados;
así como soy
crucificándome antes de morder
el manjar que nace de tu boca,
el disfraz que cubre las ganas
de sirena con lámpara
de grito en reclamo;
aquí, con el silencio,
con labios de primavera,
con la tormenta que vive
el tiempo de los nudos
del recuerdo
en suspiro de éxtasis de luna;
más allá, de los días fatigados,
que no alcanzan con su danza
a celebrar las luces
doradas de la cosecha
perdida.

Y pongo mi hambre
en el plato que sonríe sin frutos.
Quien ama, quien verdaderamente ama, magnifica tanto al ser amado que teme no merecerlo.
El poeta ofrece su amor con sencillez, con humildad de amante desnudo, arropado solo por sus palabras, por sus versos, por sus infinitos anhelos de libertad compartida, por la simple y humana capacidad de su esfuerzo, y por su  límite existencial: su tránsito.
Yo te amo…así como soy
en el mismo bosque de mis palabras
con apariencia de viento en libertad,
con las manos de pasajero
pronunciando la vida,

Hallie Hernández Alfaro.- HABEAS CORPUS

Aquí tienes mi cuerpo, sin islas desiertas ni antifaces
contiguo, pálido de caricias
sujeto a las barandas de una apología triste de jazmines.

Parece vagar como un cromo deshecho en bajorrelieve
cuando la llovizna brama la frialdad nocturna
y los tobillos sangran el claustro de las hiedras mansas.

Toda yo, incauta de pupilas y marasmos
desenvaino la espada de mis chacras
y quiebro la amnesia del cautiverio.

Aqui tienes mi cuerpo, consignas de cristal hechas agua
silencioso y expectante a la genealogía de tus pasos.

Magnífico. La poeta (el “yo poético” creado por la poeta) se ofrece en total entrega, y se ofrece tal cual se ve a sí misma.
No hay en ella misterios ni engaños. No establece distancias. Su cuerpo se está marchitando por la falta de amor y su lozanía se refugia solo en el perfume inmaculado de una piel desdichada.

Aquí tienes mi cuerpo, sin islas desiertas ni antifaces,
contiguo, pálido de caricias,
sujeto a las barandas de una apología triste de jazmines.

Viví Flores Massares.- HERIDA

Tu voz quiebra la noche
y no es tibia la herida que nos nombra.

¿No es acaso esta lágrima que arde entre mis labios
la que nació en tus ojos al mirarme?

Llanto tuyo es mi llanto,
cuando tu mano es molde de mis senos
y sus líneas son cauce de la ausencia.
Mírame amanecer entre tus dedos
al restañar las huellas del dolor,
y escúchame gritar cuando preguntas
por quién fluye mi sangre:
Heme aquí, siempre amándote.

Digo el ala que oculta va en tu frente,
rizo bruno en la mía;
ala de Nos que fuera desgarrada
y aún nos desconoce,
cuando lloran los hados sobre la tumba abierta del olvido.

Heme aquí, siempre amándote,
pecho tuyo que tiembla en mis pestañas
cuando acecha la sombra.
Ala de Nos que vuelve del silencio
para encontrar tu lengua lejana de mis dientes.
Llanto suyo es la herida de tu voz
cuando quiebra la noche
gritando que ya es tiempo de volver;
llanto suyo el furor de mi respuesta:
Heme aquí, siempre amándote.
El amor como dolor asumido que jamás hará claudicar al sentimiento. El amor como herida que crece en la ausencia y se restaña en el encuentro. El amor que es motor de una vida, que hace latir el corazón e impulsar la sangre por el cuerpo de quien ama. El amor inmortal, para siempre.
Mírame amanecer entre tus dedos
al restañar las huellas del dolor,
y escúchame gritar cuando preguntas
por quién fluye mi sangre:
Heme aquí, siempre amándote.

 Carmen Iglesia.- TE QUERÍA INSTANTE

Te quería muy dentro de mi cuerpo,
un recipiente que se sabe próximo
a la humedad que fija en las paredes
el perfil de los rostros que no están.

Te quería tormenta en las ciudades,
arena en el desierto,
sábado en el renglón que se traduce
en la mitad de un párpado.

Yo te quería instante,
no futuro, ni pieza de la herida.
Ni materia en la noche.

Invierno es lo que suena cuando pacto
con un balcón mi huida.

Y el mundo vuelve a ser un mapa amplio
donde los dedos mueven el deseo.
Donde la soledad define el límite
de un tacto que se hospeda en la palabra.
El sueño del amor. La poeta no pretende un inaccesible amor duradero: sueña con el amor puro, aunque fuese instantáneo, aunque no se prolongara en el tiempo. Sólo una gota de amor cuya pérdida irrevocable no duela en el pecho ni se ansíe en la soledad de la noche.
Yo te quería instante,
no futuro, ni pieza de la herida.
Ni materia en la noche.