Depresión Otoñal

Cambiamos de estación, de armario y de “ánimo”.

Se calcula que entre un 10 y un 20 % de personas padece o tiene algunos síntomas de este trastorno
Se calcula que entre un 10 y un 20 % de personas
padece o tiene algunos síntomas de este trastorno

Este es el caso de la estación otoñal. Estar alegre cuando hace sol y triste cuando está nublado no es algo raro. Podemos encontrar alguna lógica en este fenómeno a parte de otras posibles causas. En días en los cuales abunda el sol apetece salir, estar en contacto con la gente, estar más alegre, en cambio, en días lluviosos o nublados, uno tiende a salir menos, ser más reservado y, quizá, menos sociable.

En diversos estudios, se ha observado que en regiones situadas en elevadas latitudes, donde son más frecuentes los días nublados y lluviosos, se dan con frecuencia estos estados deprimidos y, por el contrario, en regiones cercanas al Ecuador, la frecuencia es poco significativa.
También, es un dato observado, que en algunas personas diagnosticadas de depresión, sus episodios depresivos coinciden en su inicio con el otoño o invierno y su remisión en primavera.

Este estado se ha denominado “trastorno afectivo estacional”, en el que los síntomas principales son: depresión, irritabilidad, pérdida de energía, aumento del sueño, aumento del apetito, aumento del peso, disminución del deseo sexual, evitación de contactos sociales.
Quien lo padece siente que ha perdido su energía vital y que le cuesta seguir el ritmo habitual de su vida diaria, que no puede afrontar las exigencias laborales o aquellas relacionadas con sus distintos roles.

En algunas personas el trastorno afectivo estacional puede confundirse con una enfermedad más grave como depresión severa
En algunas personas el trastorno
afectivo estacional puede confundirse
con una enfermedad más grave como
depresión severa

Es objeto de investigación clínica, en la actualidad, la menor cantidad de horas de luz solar como una de las causas del trastorno afectivo estacional. La serotonina es una hormona que a niveles bajos está asociada a la depresión y aumenta su producción con la exposición a la luz solar, en cambio, la hormona melatonina está asociada al sueño y se segrega en mayores cantidades cuando hay oscuridad. Los días cortos y las noches largas en esa época pueden causar un aumento de la melatonina y una disminución de serotonina, lo que podría ser la predisposición biológica para este trastorno.

Se calcula que entre un 10 y un 20 % de personas padece o tiene algunos síntomas de este trastorno, aunque este porcentaje depende mucho de la región en la que se estudie. Las mujeres tienen una probabilidad cuatro veces mayor de desarrollar este trastorno que los hombres.
Por lo que respecta al tratamiento, es habitual la recomendación de la exposición a la luz (solar o artificial) bajo supervisión profesional, la psicoterapia, los antidepresivos.

En algunas personas el trastorno afectivo estacional puede confundirse con una enfermedad más grave como depresión severa. Si se sospecha que los síntomas no disminuyen o que aumenta el malestar, es recomendable solicitar la ayuda de un profesional.

JUAN POCOVÍ, PSICÓLOGO
Nº COL. B-1183,
Tel. 971 42 77 23
http://webs.ono.com/j-pocovi/