Dinámica de actuación ante el paciente con dolor

Los síndromes dolorosos más frecuentes que se tratan en una Unidad de Dolor son los osteomusculares
Los síndromes dolorosos más
frecuentes que se tratan en una
Unidad de Dolor son los
osteomusculares

Desde su propio nacimiento, la humanidad viene luchando contra el dolor. Tan antiguo es su tratamiento que en “La Odisea”, Homero habla acerca de un medicamento que “tomado con el vino producía olvido absoluto de las penas”. Plinio el viejo, especuló que esa droga debía ser la borraja (Borago officinalis), planta medicinal ampliamente extendida para estos usos.

El dolor es un síntoma que expresa la persona o el paciente como algo desagradable, a veces tanto que se convierte en un sufrimiento con el que es difícil convivir. No obstante, el dolor como síntoma que expresa cada persona, es el resultado de un proceso elaborado y complejo propio de cada individuo, variable con el tiempo, y que puede disminuir o aumentar por diferentes motivos, tales como el estado de ánimo, la actividad física o, incluso, por experiencias vividas con anterioridad. Todo esto nos puede hacer entender la dificultad que entraña en muchas ocasiones el tratamiento del dolor crónico.

Las unidades de dolor se crean por la necesidad de tratar el síntoma del dolor de una forma más específica
Las unidades de dolor se crean por la
necesidad de tratar el síntoma del dolor
de una forma más específica

El dolor crónico constituye sin duda, la forma de dolor con mayores repercusiones sobre el individuo, por el grave deterioro de su calidad de vida, y sobre la sociedad, por los enormes costos que supone. Nos encontramos pues ante un síntoma que afecta y preocupa a las personas, ya sea por su etiología, como por el sufrimiento que conlleva, convirtiéndose en uno de los principales de salud pública.

Las Unidades de Dolor surgieron en la década de los 60 cuando John J. Bonica impulsa la creación de la primera Clínica multidisciplinaria del dolor (con un psiquiatra, un cirujano ortopédico, un neurocirujano y él mismo), que ha servido de modelo para multitud de clínicas de todo el mundo.

Las unidades de dolor se crean a partir de la necesidad de tratar el síntoma de dolor de una forma más específica, como una entidad propia y no como algo que acompaña a la enfermedad. Se puede decir que son UNIDADES ESPECIALIZADAS en el diagnóstico y tratamiento del dolor, donde médicos con conocimientos específicos y experiencia, estudian y valoran en una amplia dimensión los problemas del dolor rebelde, ya sea agudo o crónico, y plantean la estrategia a seguir en cada caso.

el dolor como síntoma que expresa cada persona, es el resultado de un proceso elaborado y complejo propio de cada individuo
el dolor como síntoma que expresa cada
persona, es el resultado de un proceso
elaborado y complejo propio de
cada individuo

Lo primero que se necesita para poner en marcha una unidad de dolor, es personal especializado y un local de trabajo adecuado (consultorio, sala de infiltraciones y disponibilidad de quirófano para realizar técnicas bajo control radiológico). De todos modos, las necesidades irán en función del tipo de Clínica de Dolor de que se disponga. El Comité de Terapéutica de Dolor de la Sociedad Americana de Anestesiología clasifica las unidades de dolor como:

modalidad terapéutica: ofrecen algún tratamiento concreto en relación al dolor como acupuntura, psicoterapia, técnicas neuroquirúrgicas.
sindrómicas: se encargan del estudio y tratamiento de algún tipo de dolor en concreto: lumbalgia, cefalea, neuralgia…
unidades unidisciplinarias/multidisciplinarias, en función de si posee uno o varios especialistas, que ofrecen todo tipo de evaluación y tratamiento de cualquier tipo de dolor.

Dr. John J. Bonica, impulsor de la primera Clínica multidisciplinaria del dolor
Dr. John J. Bonica, impulsor
de la primera Clínica
multidisciplinaria del dolor

Los pacientes candidatos a ser visitados en una clínica de dolor, va a depender del tipo de unidad de dolor. Pero por norma general se tratará de un paciente afecto de dolor crónico rebelde, es decir que no se ha podido aliviar o curar con los tratamientos habituales.

Los síndromes dolorosos más frecuentes que se tratan en una Unidad de Dolor son las lumbalgias/lumbociatalgias u otros tipos de alteraciones osteomusculares (artrosis severa, osteoporosis, fibromialgias…), neuralgias, dolor postamputación, síndromes de dolor regional complejo, dolor en SIDA…

Se le ofrece n al paciente todas las alternativas posibles para paliar su dolor, por parte de médicos supraespecializados
Se le ofrece n al paciente todas las
alternativas posibles para paliar
su dolor, por parte de médicos
supraespecializados

Ante un paciente con dolor crónico que acude a una unidad de dolor, seguimos una serie de pasos que responden a una dinámica de actuación.

1. historia clínica detallada valorando tanto la esfera física como psiquica
2. historia del síntoma dolor, evaluando el tipo de dolor, tiempo de evolución, intensidad, síntomas acompañantes, grado de incapacidad y tratamientos previos
3. exploración física del paciente
4. impresión diagnóstica
5. tratamiento
6. seguimiento en visitas periódicas
7. resultados evaluados en función de la disminución del dolor, la reducción del consumo de fármacos, mejoría de la actividad diaria o la reincorporación a las actividades normales.

En definitiva, desde las Unidades de dolor, lo que tratamos de conseguir es mejorar la calidad de vida del paciente a través del tratamiento y alivio del dolor, sea cual sea su causa, por medio de la comunicación entre el especialista y el paciente, la investigación de la etiología y el mecanismo de producción del dolor, ofreciendo al paciente todas las alternativas posibles para paliar su dolor, desde un punto de vista científico y por parte de médicos supraespecializados en el estudio de este síntoma.

Doctor. Alfonso Rengel Royo. Nº Col. 08/37729-O
Instuto Balear del Dolor
Tel. 600 55 77 55