Entrevista a Eduardo R. de la Cruz

La poesía puede ser un rincón de soledades luminosas, un grito imperioso de justicia, un cofre de emociones heridas. Eduardo es un poeta con consecuencias…ciudad, afectos, política, infancia, nociones de amor, exactitud de las ciencias…todo converge en su sensibilidad privilegiada.El resultado es un sobresalto estético memorable, un viaje lírico por corredores secretos que inevitablemente fecundan su verbo.

El mundo espera por su palabra…nosotros también!

eduardo_01Nací en el sur de la Ciudad de México, un día 5 de mayo de 1974. Debido a que mi madre era una trabajadora de jornada completa, salía muy temprano del suburbio y me dejaba al cuidado de mis abuelos. Siendo ellos, emigrantes del estado de Querétaro, traían una tradición oral de narraciones y leyendas propias de su región. Estas mismas me fueron inculcadas y también prepararon en mí una sensibilidad ante la palabra.

Debido a la situación económica tan precaria de mi familia, mi madre apenas pudo terminar su educación elemental, eso sí, con notas tan brillantes que ninguno de sus posteriores hijos ha podido igualar. Esto viene a representar una enorme responsabilidad en esa generación de chicos que nacimos en los setentas. Vivimos las crisis económicas más lamentables y, la sigilosa represión estatal que soportaba aquel régimen, que gobernó mi país durante 70 años, ese que Vargas Llosa llamaría alguna vez la dictadura perfecta.

Estudié ingeniería industrial, en la Universidad Autónoma Metropolitana, donde editaban periódicamente un folleto literario; en ese tiempo ya contaba yo con un buen número de composiciones escritas. Así que decidí enviarles una colaboración para publicarla. Jamás me llamaron, y opté por no enviar más ningún trabajo a cualquier tipo de instancia. Un par de años después de graduarme en ingeniería, la compañía donde laboro me envió a un posgrado de Mercado, en el Instituto Tecnológico Autónomo de México y, un año más tarde a una maestría en Administración y Finanzas en la Universidad de las Américas. Finalmente llego al foro literario Al Aire, y decido mostrar mi trabajo, siempre, con el ánimo de establecer un diálogo participativo con otros escritores.

¿Cómo descubre Eduardo a Eduardo poeta?

James Joyce
James Joyce


Que gran responsabilidad asumirme como poeta; porque esencialmente me considero un lector, eso sí constante, de algunos poetas, de algunos narradores. En todo caso sería un intérprete de lo que ocurre en mi entorno. Precisamente es en ese entorno, donde encuentro una insuficiencia a subsanar. Y es esa desazón que me invita a escribir mis propia historias y, encuentro que la poesía es un descubrimiento en sí misma, un descubrimiento sensitivo e intuitivo de la estética real, en un mundo de fuerzas salvajes.

¿Qué autores influyeron en tu escritura, a quiénes nombrarías maestros?

Todos los días encuentro nuevos maestros; siendo la literatura un arte tan cercano, a la tradición oral más remota, coincido con quien dice que todos somos producto de todos. En ese sentido he sido un alumno (muy malo, en verdad) de Neruda, que para mi ha sido como un Virgilio en el infierno de Dante. De la poco conocida obra poética de James Joyce donde también muestra el genio provocador que fue su narrativa, su temática y su vida personal, en el estilo humano de su correspondencia con Nora Barnacle por ejemplo. Por supuesto de la literatura de José Emilio Pacheco, que conocí en mis años universitarios, donde hallé la cúspide de un diálogo privado. Igualmente, hallo una referencia en Kafka y esa lucha personal con los demonios y las tentaciones del hombre, no como un hombre aislado, sino como un individuo que es transgredido por la realidad, llamémosla sociedad, familia, legalidad o tradición.

Háblanos un poco de tu formación profesional. ¿Cómo se instala la vida poética en ella?

Octavio Paz
Octavio Paz

Mis maestros universitarios formales han sido rigurosos cientificistas, allá ellos. Seguramente estarán bien defraudados conmigo, porque al menos la tercera parte de mi jornada colegial, la pasé en la biblioteca, en la sección de humanidades y literatura universal. La ciencia, en la esfera poética, es un intersticio donde podemos encontrar eslabones perdidos, pero que pocos escritores se atreven a explorar, salvo los novelistas de ciencia ficción. Para mi esas enseñanzas formales, son herramientas valiosas en el instante de la referencia lírica, porque físicamente, la palabra, “la palabra increíble” (como dice un poeta), toma su justa dimensión, que es su dimensión natural. Allí, un poeta puede decir: “la velocidad es un éxtasis” y, un científico no puede refutarlo.

Personalmente creo que escribir un poema se asemeja a un proceso viral. La bacteria (musa, inquietud, visión) los síntomas (la pulsión abrumadora de expresar el misterio, la afectividad, el concepto) y la curación (el cuerpo y el alma disfrutan la sanación poética) ¿Te has sentido alguna vez enfermo de literatura?

Me ha encantado esa figura, aunque a decir verdad yo considero a la literatura, más que un acto viral, un acto vital, un reflejo de la existencia, un encuentro constante. Tu pregunta me recuerda esa búsqueda de Artaud, que fue un viaje a los extremos y, sus letras y su expresión humana tocaron y sobrepasaron esos límites. Y él sostenía que estaba en una contienda permanente de su propia expresión y su propia enfermedad. Y es que el escritor lucha por manifestarse, por mantener la idea, no ya en el acto mismo de la escritura, tanto como en el de su inserción con el derredor. Seguramente esa necesidad nos cause una molestia y por ende una reactivación del ciclo poético.

Eres un escritor joven, ¿Qué le dirías a tus compañeros latinoamericanos y españoles con respecto a la vocación poética?

Pablo Neruda
Pablo Neruda

Nuestro mundo hace 10, hace 15 años era impensable Hallie, en nuestra América se luchaba por un borde al cual asir nuestras naciones, náufragas de los colapsos económicos, políticos o militares. Hoy veo una indolencia en los jóvenes de las grandes ciudades, un desapego que rebasa el nihilismo más absurdo. El joven de hoy es más cercano a la virtualidad del messenger y el ipod, más que al prójimo que al vecino; la palabra y la reflexión han pasado al último lugar de la civilización; por ello necesitamos más que nunca la visión humana del poeta.

En tus escritos se transparenta ideología y espíritu de cambio, ¿qué rol le asignarías al poeta como ente social?

El rol es un compromiso con el entorno. Aquí voy a apelar al rol de Carlos Martínez Rivas, de Roque Dalton, de Ernesto Cardenal, de Mahmud Darwish, a su lid abierta y decidida desde las letras. Me parece que la historia nos deja muy claro que en cada generación surge una tendencia artística acorde con su circunstancia. Si vemos el siglo de oro, y lo comparamos con los beats, vemos una forma irreconciliable, hoy mismo lo leemos entre los “neorrabiosos” y los “miraquelindo”. Sin embargo el fondo es el mismo, porque la necesidad humana de expresión en Quevedo es la misma que en Gingsberg, su contraposición al status quo de su tiempo es consustancial. Esa necesidad es el rol del poeta en su sociedad, aún siempre.

¿Qué poetas mexicanos recomendarías a nuestro foro?

Ante todo, en México la literatura debe sacudirse la pantomima, en que la ha convertido la política cultural los últimos años, ahora hay más espectáculo que una propuesta que ataña a la sociedad. Aún así tenemos una tradición poética muy importante que se remonta a Netzahualcóyotl, Sor Juana Inés de la Cruz, López Velarde, Octavio Paz, Carlos Pellicer, José Emilio Pacheco, Jaime Sabines, a nombres como Efraín Huerta, Thelma Nava, Homero Aridjis, Elías Nandino, Alberto Blanco. Igualmente una narrativa muy propia y muy crítica, aquí veo a José Agustín, Armando Ramírez, Carlos Monsiváis, Jorge Ibargüengoitia, o Luis Spota, como los últimos grandes representantes de esa herencia.

POEMAS

como el suspiro de un amante, que sabe que todo lo ha perdido

una noche
larga como el insomnio de un moribundo,
mi piel es un escarceo de hormigas marchando al cieno,
de repente, detienen su marcha
buscan, buscan, buscan con
desesperado aliento
un extrañado y circunspecto sabor
una a una,
se arrojan a un abismo infinito,
una a una,
se desprenden de sí mismas
no sin asombro,
descubren el bruñido filo de la soledad.

esa noche desordenadas luces
saltan sobre el horizonte de la avenida Pantitlán,
como si buscaran
alguna oscuridad perdida,
alguna descripción del vacío, mientras
mis hormigas huyen
como golondrinas reptando
reptando, reptando dentro de gastados zapatos Florsheim.

Indefensas ante la caída
oscura como el piquete de los abrojos
apenas
alcanzan a balbucear un rasguño centrípeto
desde el fondo de mi vacio.

como un homenaje,
a aquellas invertebradas muertes oscuras y olvidadas,
resucito noche a noche
entorno a un plinto y su altar
gris como la sonrisa
que apenas recuerdo,
el dolor multiplicado por el enjambre,
la desesperada ansiedad que la sed nocturna
me acosa
por el aroma extrañado y ajeno de tu boca.

esa noche,
noche, noche, cuando más resplandecen
los labios de una anémona, mis dedos dejan de ser
recuerdo. Devorado por algún instante
perdido
y algunas hormigas aún tiritan
pienso:
que el aroma que han de reencontrar
en mi propia muerte
quizás como la luz del canto de la entropía de tus besos
sea infinito.

consumptie, dan is er

el ciclo es el mecanismo
………que le da nombre al destino;
………en la profundidad de la gran mentira,
………cauterizada como abducida prestidigitación,
………una hambrienta molécula
………subsiste.

la hosca piedra
que habrá de lamer la sangre;

………labrada en la seducción
………que las vestales
………de la mass media
………apuran llamar
………modernidad,

impaciente anhela su turno.

Tlacaélel depura la obsidiana
y millardos de inocuos protozoarios
asisten a su propia inmolación
………la sangre fluye incontrolable
………las leyes de la economía eyaculan
………la llama del sol financiero resurge.

………Ese holocausto sofoca
la rubia expresión de la top model
que nos aviva al consumo, Prometeo nos alcanza
la antorcha:
…………..somos pequeñas luces
………….embebidas de vacuidad,
………………………calcinándose.

En el primer plano del cuadro maldito:
………el poeta apresura el fuste
contra las venas oscuras de sus hijas;
pervivirán a la salmuera del sacrificio,
………………………y a su insurrección.