La incontinencia urinaria se define como “la pérdida involuntaria de orina que provoca un problema higiénico y/ o social, y que se puede demostrar objetivamente”. Esta pérdida involuntaria de orina se puede producir haciendo cualquier tipo de actividad, así, por ejemplo, puede darse mientras se tose, se ríe o al realizar cualquier otro tipo de ejercicio físico o esfuerzo mínimo. La incontinencia se suele convertir en un problema médico, psíquico y social, las personas que sufren de incontinencia suelen ir reduciendo su actividad cotidiana a medida que la incontinencia urinaria va progresando, lo que reduce considerablemente su calidad de vida al no satisfacer sus necesidades sociales por este problema.
Aunque la incontinencia urinaria puede darse en cualquier sexo y en cualquier edad, este problema se suele dar más frecuentemente en mujeres que en hombres (de dos a cuatro veces más común en féminas que en varones), y también suele tener una prevalencia más elevada a medida que va aumentando la edad. De todas las personas que sufren incontinencia urinaria menos del 50% se atreven a consultárselo a su médico de cabecera, asumen esa parte de su vida con cierta vergüenza y se resignan a hacer uso de absorbentes para paliar esas pérdidas de orina. El gasto farmacéutico que origina la incontinencia urinaria en España supera el 2% de todas las prescripciones farmacéuticas, debido al consumo de los anteriormente citados absorbentes de orina.
Para tener una buena continencia es vital que estén bien preservadas todas las estructuras anatómicas que participan en la micción, como pueden ser la vejiga, uretra, músculos del suelo pélvico, pero también deben estar en buenas condiciones la médula espinal y los nervios que inervan el aparato urinario. Asimismo, es necesario que todo esto esté regulado por un buen nivel cognitivo para que reconozca la necesidad de miccionar y un buen nivel de movilidad.
Una primera clasificación de la incontinencia urinaria seria por el carácter de la misma, si esta es aguda o persistente. Para clasificar una incontinencia como aguda ésta no debe de tener más de 3-4 semanas de evolución y no deben de aparecer lesiones estructurales. La incontinencia aguda suele estar provocada por el uso de drogas o fármacos, por una infección del tracto urinario, puede darse durante procesos psiquiátricos como durante el trascurso de un delirio, durante una situación de inmovilidad o de movilidad restringida (este caso en particular se suele dar frecuentemente en las personas ancianas que suelen convivir con una situación de pluripatología, que muchas veces cursa con algún déficit de movilidad), retención urinaria con desbordamiento, impactación fecal (masa de heces grande, dura y seca que suele darse en procesos de estreñimiento crónico). Normalmente solucionada la causa, la incontinencia suele remitir.
La incontinencia persistente se puede clasificar en incontinencia de esfuerzo, incontinencia de urgencia, incontinencia mixta, por rebosamiento o funcional.
La incontinencia urinaria de esfuerzo se define como la pérdida involuntaria de orina asociada a un esfuerzo físico que provoca un aumento de la presión abdominal (como por ejemplo toser, reír, correr, andar). Predomina en el sexo femenino y se da con bastante frecuencia en mujeres jóvenes y premenopáusicas .Está provocada principalmente por la debilidad de los músculos del suelo pélvico en el género femenino y en el masculino lesiones en el esfínter tras resecciones protáticas.
La incontinencia urinaria de urgencia es la pérdida involuntaria de orina acompañada inmediatamente de la palabra “urgencia”. Por urgencia se entiende cuando el paciente se queja de un deseo miccional claro e intenso y difícil de demostrar. Muchas veces los síntomas se desencadenan por lavarse las manos, fregar los platos, escuchar agua correr o simplemente experimentar frío. Es la forma más frecuente de presentación de la incontinencia en pacientes mayores de 75 años.
La incontinencia urinaria mixta es la pérdida de orina involuntaria asociada tanto al esfuerzo como a la urgencia, es el tipo mas frecuente de consulta médica en los pacientes de incontinencia.
La incontinencia urinaria por rebosamiento ocurre cuando la vejiga no se vacía correctamente y la cantidad de orina producida excede a la capacidad de la vejiga. Se caracteriza por micción frecuente y goteo. Al no disponer de la capacidad de vaciar la vejiga por completo esta retención de orina en el vejiga puede provocar infecciones urinarias recurrentes y a lesiones del tracto superior. Es la segunda más frecuente en el género masculino.
La incontinencia funcional se manifiesta como un goteo constante de orina, secundario a una alteración física o cognitiva que interfiere con las actividades de la vida diaria e inhabilidad para miccionar en los momentos y lugares socialmente permitidos. Es frecuente en adultos con algún tipo de demencia, depresión, enfermedad cerebrovascular; otros pacientes a quienes suelen afectar este tipo de incontinencia es a los pacientes con algún tipo de ceguera, alteraciones de la marcha o con alto riesgo de caídas.
El tratamiento de la incontinencia urinaria pasa en un primer paso por medidas higiénico-sanitarias, los pacientes deben controlar la ingesta de líquidos y conocer la ingesta líquidos diuréticos como las infusiones o de fármacos diuréticos, para que tengan presente en que momento necesitaran tener un fácil acceso al baño. El siguiente paso, sobretodo en la incontinencia urinaria de urgencia, es valorar las barreras arquitectónicas y la facilidad en llegar hasta el baño.
Otras medidas para combatir la incontinencia urinaria son:
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Micción programada: el paciente debe contener el estímulo orinar solo en los intervalos programados, cada vez estos intervalos estarán más espaciados en el tiempo.
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Ejercicios de Kegel: son unos ejercicios para fortalecer los músculos del suelo pélvico. Aunque ahora mismo están en desuso porque este tipo de ejercicios necesitan completarse con otro tipo de medidas. Existen 4 ejercicios:
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El lento. Consiste en apretar los músculos como si se intentase detener la orina, tirándolos hacia arriba. Se deben contraer y mantenerlos así mientras se cuenta hasta 5 respirando suavemente. Luego, se relaja durante 5 segundos más, y repite la serie 10 veces. Se debe intentar aumentar progresivamente el tiempo de contracción y relajación.
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El rápido. Se aprietan y se relajan los músculos tan rápidamente como se pueda hasta que transcurran unos 2 ó 3 minutos o hasta llegar a la fatiga. Se debe intentar aumentar el número de repeticiones diarias.
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El ascensor. Este ejercicio requiere cierta concentración, pero sus resultados son muy buenos. La vagina es un tubo muscular con secciones en forma de anillo dispuestas una sobre otra. Se debe imaginar que cada sección es una planta diferente de un edificio, y que se sube y se baja un ascensor tensionando cada sección.
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La onda. Algunos músculos del suelo pélvico están dispuestos en forma de un ocho, pero con tres anillos. Un anillo se sitúa alrededor de la uretra, otro alrededor de la vagina, y el último alrededor del ano. Se deben contraer éstos músculos de delante a atrás y se deben relajar de atrás a delante.
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La gimnasia hipopresiva del Dr. Caufriez está teniendo cada vez mayores seguidores. La idea principal consiste en trabajar la cincha abdominal y el suelo pélvico para reducir la presión intraabdominal. Se trata de una serie de ejercicios activos dirigidos a potenciar el suelo pélvico dentro del conjunto de cadenas musculares. Este trabajo activo se realiza en hipopresión, o sea anulando la presión que ejercen los abdominales y el diafragma sobre el suelo pélvico. Si la paciente sigue un buen entrenamiento en esta técnica podrá mantener los resultados positivos a lo largo del tiempo.
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Estimulación eléctrica intravaginal: Su objetivo es conseguir la contracción del piso pélvico mediante la estimulación del nervio pudendo con un electrodo intravaginal.
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Tratamiento paliativo: mientras se intentan conseguir mejoras q instaurar los cambios es posible el uso de los absorbentes para que no se manche la ropa y para que el problema de continencia no se haga visible socialmente.
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Tratamiento farmacológico: el objetivo del tratamiento farmacológico es conseguir que la vejiga sea capaz de distenderse sin contraerse durante el llenado y que la uretra se mantenga cerrada durante el llenado
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Tratamiento quirúrgico: si no funcionan los tratamientos no quirúrgicos existen diferentes tratamientos quirúrgicos en función del tipo de incontinencia, las características de la vejiga y de la uretra.
FISIOTERAPEUTA
ANA MARIA
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