Vicente Huidobro y Guillermo Sucre

Textos rescatados vuelve otra vez a ese fondo literario inagotable que constituye la desaparecida revista “Poesía”, de la que damos cumplida referencia en ediciones anteriores de la publicación virtual “Alaire”.
Esta vez “rescatamos” un magnífico artículo de Vicente Huidobro celebrando con su genial pluma, el arte cinematográfico del gran Harry Langdon.

 Vicente Huidobro
Vicente Huidobro

El film se frunce, se impacienta y la pantalla se disloca de risa. Harry Langdon atraviesa la tela con una ampolla de vida, ampolla de lágrimas peligrosas, y parece decir al mundo:
—Heme aquí: soy el nuevo gran cómico del cinema.
Había dos: era necesario un tercero para la formación de un triunvirato. Evidentemente.
Ahora el telescopio descubre a Harry Langdon (cuando la “nova pictoris” se rompe en cuatro) en la célebre constelación donde Chaplin y Buster Kaeton reinaban desde hace siglos.
Es divertido como un niño. Natural en el gesto cómico como Douglas en el atlético. Sin complicación su risa llega a alcanzar la frescura bíblica. Es joven como Adán y tan fotogénico como Eva. Es el circo entre el Tigris y el Éufrates.
Ha perdido el paraíso lo busca por las calles de New York o en su bolsillo.
Juglar: con la vida y con la muerte, con la alegría y con el dolor, con la riqueza y la miseria como con platos, y se pasea por el peligro como por un campo de flores.
Puede matarnos con una patata frita, pero resucitáis con miradas llenas de rádium.
Nada tiene importancia ni nada es trascendental. Todo muere al terminar un suspiro, todo recomienza en el pliegue de un beso y sabe saludar al público cruzando los pies para presentar en su mano derecha el ramillete de su sonrisa.
Mi ahijado, Harry Langdon, trabaja para las fieras, sin miedo porque es inocente. Inocente hasta matar las fieras, hasta no sentir ni frío ni calor, ni hambre ni sed; inocente hasta llegar hacer oír a los sordos, hasta enamorar a la cieguecita y puede ser que algún día hasta resucitar a los muertos.
V.H.

Harry Langdon
Harry Langdon

Hace algún tiempo ya descubrí al poeta Venezolano Guillermo Sucre y me quedé impresionado por la fuerza y calidad de su poesía.
Selecciono aquí unos versos suyos editados en “Ínsulas Extrañas. Antología de la poesía en lengua española (1950-2000)”(Ed.- Galaxia-Gutenberg).

Del poema “Semejante a su semejanza”:

“Quien lo disuelve todo alcanzará la limpidez
Quien todo lo ha dicho dibujará el silencio.
De las redes vacías salta el pez estelar.
De un hombre tan cercano a la lejanía veremos siempre el rostro radiante,
la humildad del ya innombrable esplendor.”

Los que piensan que les ha llegado la hora” (poema completo)

Los que piensan que les ha llegado la hora
y se aprestan a asumir su destino
los que saben que siempre llegan a deshora
contra todo destino

los que escriben para sobresalir
no para encontrar la salida- ¿Qué salida?

los que sólo viven para poner la vida en palabras
los que escriben para poner la palabra en la vida

los que lo coleccionan todo para sentirse perdurables
los que han contemplado una sola vez la belleza
y ya ello les depara una riqueza un desamparo
para siempre

la vida no es avara ni para preservarla
hay que saber también arriesgarla
como en el amor: más fuerte cuando más lo alimenta
el desamor
más vívido cuando nace y se extingue cada día