Alonso de Santos

“LA CENA DE LOS GENERALES”

El 16 de octubre de 2008 se estrenó en el Teatro Lope de Sevilla la comedia La cena de los generales, de José Luis Alonso de Santos, dirigida por Miguel Narros y protagonizada por Sancho Gracia y Juanjo Cucalón.

La obra alcanzó un gran éxito y, desde entonces, está realizando una gira de amplia repercusión popular por muchas ciudades españoles: Alicante, Cádiz, La Coruña, Burgos…

A Madrid llegará el próximo mes de septiembre para inaugurar la temporada en el Teatro Español. A la vez, aparecerá la edición en la prestigiosa colección Clásicos Castalia: un caso insólito, considerar ya obra clásica una comedia estrenada  hace menos de un año…
Toda la crítica está de acuerdo en que José Luis Alonso de Santos (nacido en Valladolid en 1942) es el mejor ejemplo y testimonio del teatro español nacido en la etapa democrática.

En su carrera teatral, tres fechas son especialmente significativas: la primera, el 19 de noviembre de 1975, la víspera de la muerte de Franco, cuando se inscribe en la Sociedad General de Autores de España su primera obra dramática, ¡Viva el Duque, nuestro dueño!

La segunda fecha sería el 26 de octubre de 1982, al inaugurarse la temporada en el Centro Dramático Nacional
(Teatro María Guerrero de Madrid), dirigido entonces por el gran director de escena José Luis Alonso Mañes, con su obra El  álbum familiar. Simbólicamente, eso significaba el pleno reconocimiento oficial – y, a la vez, el acta de defunción – del teatro independiente, que, durante el franquismo, había intentado una gran renovación estética y política de nuestra escena.

La tercera fecha sería la del 6 de septiembre de 1985, al estrenarse en el Teatro Bellas Artes de Madrid (dirigido por una figura tan prestigiosa como José Tamayo)   Bajarse al moro.

Esta obra de Alonso de Santos se convierte muy pronto en un éxito internacional y en una ventana sobre la nueva sociedad española: como obligada referencia para el nuevo teatro español, se ha representado en los escenarios y estudiado en las universidades de muchos países.

Después de eso, la carrera teatral de Alonso de Santos ha sido muy intensa: éxitos como La estanquera de Vallecas ; versiones cinematográficas; dirección de la Compañía Nacional de Teatro Clásico; hace unos meses, publicación, por Editorial Castalia, de su Obra Teatral completa – por el momento – en dos gruesos volúmenes.

Además, Alonso de Santos ha publicado dos volúmenes teóricos, La escritura dramática  (1998) y Manual de teoría y práctica teatral (2007), que no tienen parangón en nuestro país. A cualquier persona interesada por la reflexión sobre el teatro, se los recomiendo encarecidamente, pues unen la amplia información , la profundidad de pensamiento,la claridad expositiva  y la experiencia escénica.

Desde el comienzo de su carrera, la crítica ha advertido siempre en este autor un valor básico: su condición de hombre de teatro, que escribe siempre pensando en la representación, en el espectador, con un claro afán de comunicación. A eso se deben, en gran medida, sus éxitos.

En el teatro, Alonso de Santos lo ha hecho casi todo, además de escribirlo: interpretarlo, dirigirlo, dirigir una compañía, enseñarlo, adaptarlo y hasta recorrer con el autobús, como los antiguos cómicos de la legua, muchas carreteras españolas…

La obra estrenada hace pocos meses, La cena de los generales, plantea una situación dramática insólita y bien interesante. Nos sitúa en Madrid, en abril de 1939, pocos días después de que haya concluído la guerra civil.

En esa fecha, el triunfante Generalísimo Franco decide ofrecer una cena de homenaje a algunos de sus generales en el Hotel Palace. La responsabilidad de organizarla recae en un Teniente de Intendencia (al que encarna Juanjo Cucalón) .
Tiene que lidiar con el veterano maître del Hotel, interpretado por Sancho Gracia.

El primer problema surge porque los cocineros del Hotel están presos, por ser contrarios al bando triunfador: para salvar la cena, no hay otra solución que sacarlos de la cárcel. Los camareros, en cambio, son de derechas: no planteará problemas convocarlos pero sí las habrá en su forzosa convivencia con los del otro bando.

A partir de ahí, se multiplican las dificultades: los alimentos, las bebidas, el café, los adornos… Con sutileza, el maître va consiguiendo, poco a poco, todo lo que quiere: el teniente ha de cumplir como sea la obligación que le han encomendado. Y todo eso hace aflorar, en la escena, los dramas individuales de cada uno.

Se trata, pues, de una obra coral, que refleja un momento histórico dificilísimo. Ha abordado esta vez Alonso de Santos un tema especialmente conflictivo, todavía, para muchos: el de nuestra guerra civil. Pero su intención, desde luego, no tiene nada que ver con los intentos interesados de remover viejos fantasmas colectivos.

En su presentación, en Sevilla, definió así su posible mensaje:

“Con trabajo, dignidad e indulgencia se pueden reconstruir las cosas”.

Conviven, en la obra, elementos muy dramáticos con situaciones claramente cómicas. El espectador medio se ríe
pero también se emociona. Y, por supuesto, reflexiona sobre lo que está contemplando.

La óptica elegida es la de la tragicomedia, de tan ilustre tradición entre nosotros, desde La Celestina hasta la tragedia grotesca de Arniches o el sainete trágico de Buero Vallejo. Tampoco está muy lejos de algunas comedias ácidas del cine italiano: de Fellini, Dino Risi, Totó, Alberto Sordi…

Todos los personajes, los de uno y otro bando, han sido vencidos, en esta guerra. El ideal que se expone, por supuesto, es el de la reconciliación: el único camino posible, la única esperanza. Se encarna eso en una pareja de jóvenes, que salen a la luz. Pero sólo Dios sabe con qué se van a encontrar, más allá de los muros de esta cocina.

Con esta tragicomedia, que logra conjugar la calidad dramática con el éxito comercial, José Luis Alonso de Santos se confirma como una de las figuras máximas de nuestro teatro actual.

 

Texto:
Andrés Amorós Guardiola.
Ensayista, crítico literario, historiador de la literatura española.
Doctor en Filología Románica, Catedrático de Literatura Española en la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid.