Durante esta época del año, es cuando comienza la necesidad de perder el peso, ya sea el que se ha acumulado durante el invierno o porque se quiere estar más delgado, por eso es importante aconsejar a la población como ha de ser una dieta adecuada para la consecución de los objetivos y a que profesionales hay que acudir para que nos aconsejen sobre esta necesidad.
¿Hoy en día que tipo de dietas puede encontrarse en la población que quiere perder peso?
Cada vez las personas son mas conscientes de que para conseguir un peso adecuado hay que realizar dietas adecuadas y equilibradas, pero aun así, y aquí juega un papel muy importante los medios de comunicación, existe un elevado número de personas que tienden a seguir dietas que prometen perder peso y en poco tiempo, sin preocuparse por su salud, las consecuencias que pueden acarrear o simplemente por falta de información. Las llamadas dietas llamadas “milagrosas”, son aquellas que estimulan a perder peso sin esfuerzo y en poco tiempo.
¿Cómo podemos saber si esa dieta que estamos siguiendo es adecuada o por el contrario puede llamarse dieta milagrosa?
Cualquier dieta que se realice, ya sea para una persona en normopeso o para disminuir de peso debe ser equilibrada, que significa que sea variada (consumir alimentos de todos los grupos: lácteos, frutas, legumbres, arroz…), completa (que aporte los macronutrientes en la proporción correcta), suficiente (en cuanto el aporte de energía y nutrientes) y adecuada (a cada persona y situación fisiológica o patológica).
Además, la mayoría tienen una serie de características comunes:
– Tiempo breve de existencia en el mercado de supuestos sistemas de antiobesidad.
– Fuerte apoyo en el entorno social.
– Falta de sustentación científica
– Buscan una imagen corporal ideal.
– Utilizan términos mágicos como. Natural, bio, biológico, desintoxicante.
– Hacen referencia centros de gran prestigio
– Nombres exóticos y sugestivos, como la dieta del astronauta o la dieta de Hollywood.
– Implicación de famosos
¿Qué tipos de dietas existen?
Existen dietas como: la dieta de la uva y el plátano, del pomelo, del yogur, a base de algas, sirope de salvia, la dieta de la pasta, de la patata, sopa antigrasa, dieta desintoxicante, ayuno total-parcial-semidieta, dieta de Hauser, macrobiótica, vegetariana estricta, etc. Estas son dietas pobres en proteínas.
Otras como la Dieta del Dr. Atkins, disociada del Dr. Hay, combinaciones alimentarias de Herbert Sheldom, régimen disociado de Montignac, Scardale, Messini, dieta Mayo, The Zone (dieta de cintura, abdomen, glúteos…), Protein Power, ayuno proteico, etc. Son dietas ricas en proteínas y pobres en hidratos de carbono.
Otras dietas como la Dieta desintoxicante, sirope de salvia, del pomelo, ayuno total-parcial, dieta de 1.000 calorías, dieta de Hauser, dieta anticelulítica, de la pasta, dieta de la patata, vegetariana estricta, etc. Son regímenes sin grasaque no permiten tomar aceites, mantequilla, margarina ni cualquier otro tipo de grasa. Siguiendo estas dietas hay riesgo de carencia de ácidos grasos esenciales y vitaminas liposolubles (A, D, E).
Y hay otras dietas que consisten en consumir una gran cantidad de un determinado alimento. Son aburridas y nada atrayentes, además de desequilibradas nutricionalmente y sin base científica, y pueden producir trastornos digestivos y psíquicos, ya que rompen el ritmo alimentario normal. Como el lunes arrroz , martes carne, miércoles huevos…, y similares.
Modalidades dietéticas
Las dietas populares, basadas mayoritariamente en falsas creencias, tienen en común el erróneo aporte de grupos de alimentos (abuso de proteína, exceso de grasas, insuficiente cantidad de hidratos de carbono, etc.), lo que conduce a desequilibrios en el organismo, con repercusiones más o menos graves para la salud. Se trata, generalmente, de dietas en las que predomina un macronutriente (proteínas, grasas o hidratos de carbono), por lo que el régimen tiende a resultar monótono y poco apetecible. Como consecuencia, quienes siguen este tipo de dietas optan por comer menos y su peso disminuye por una baja y poco saludable ingesta calórica.
¿Qué consecuencias tienen para la salud?
El principal riesgo de estas dietas reside en la inadecuada manera en la que se pierde peso con ellas, consecuencia bien de una reducción importante de las calorías ingeridas o bien de desequilibrios orgánicos que se originan al emplear alimentos en cantidad y calidad inadecuada. Es decir, se adelgaza a expensas de perder líquidos, electrolitos, en menor proporción reservas de proteínas -músculo principalmente- y todavía en un menor porcentaje grasa, que es lo que realmente interesa perder.
La gran aceptación de estas dietas radica en que, aun sin fundamento nutricional, permiten perder peso más o menos rápidamente a costa de ingerir menos calorías, por lo que en poco tiempo “convencen” a quien las realizan de continuar con ellas.
No obstante, resultan del todo inadecuadas para lograr pérdidas de peso sostenidas, ya que además de peligrosas para la salud, no enseñan a adquirir hábitos alimentarios correctos ni garantizan que se mantendrá a largo plazo la pérdida de peso.
Son dietas pobres en proteínas que se pierde peso a expensas de la masa muscular y de proteína visceral (la que forma parte de los órganos vitales: corazón, riñones…), desciende la presión arterial e incluso se han dado casos de arritmias cardiacas intratables.
O son dietas ricas en proteínas y pobres en hidratos de carbono. que prometen resultados rápidos sólo si se come carne, tocino, huevos y otros alimentos hiperproteicos, y si se suprimen o limitan al máximo alimentos ricos en hidratos de carbono, como cereales y derivados (arroz, pasta, pan), patatas, legumbres, verduras y hortalizas y frutas.
Puede ocasionar fatiga y mareos por falta de hidratos de carbono, ya que la glucosa, un sustrato deficiente en estas dietas, es la fuente de energía preferida por el organismo.
Además, un aporte excesivo de proteínas pero insuficiente de hidratos de carbono puede ocasionar descalcificación ósea y daños renales por exceso de nitrógeno.
Provocan a una gran pérdida de líquido y electrolitos -lo que favorece la deshidratación- y elevan los niveles de colesterol y triglicéridos, factores de riesgo cardiovascular.
Es importante saber que si la pérdida de peso es muy rápida se puede aumentar los niveles de ácido úrico y pueden provocar ataques de gota en personas con hiperuricemia (niveles de ácido úrico alto).
A corto y medio plazo se pierde proteína muscular e incluso proteína visceral, ya que el organismo la emplea como fuente de energía. Con el tiempo, la falta de hidratos de carbono produce un exceso de acetona y otros cuerpos cetónicos en el organismo (cetosis), ya que el organismo se adapta a la situación y utiliza las grasas como sustrato energético, con el fin de preservar la degradación de proteína muscular y visceral.
Son regímenes sin grasa que no permiten tomar aceites, mantequilla, margarina ni cualquier otro tipo de grasa. Siguiendo estas dietas hay riesgo de carencia de ácidos grasos esenciales y vitaminas liposolubles (A, D, E).
Y hay otras dietas que consisten en consumir una gran cantidad de un determinado alimento. Son aburridas y nada atrayentes, además de desequilibradas nutricionalmente y sin base científica, y pueden producir trastornos digestivos y psíquicos, ya que rompen el ritmo alimentario normal.
¿Qué opina que internet sea una fuente de información para aquellas personas que quieren perder peso?
Es muy peligroso seguir cualquier tipo de dieta que se muestre en internet, se pueden encontrar páginas que tienen un respaldo científico y que dan consejos generales muy útiles y prácticos, pero si se nos encontramos con dietas estrictas, seguramente no serán adecuadas y habría que consultar a un profesional.
En internet encontramos dietas de lo mas variopintas, que no tienen sin ningún tipo de rigor científico o alertando de los posibles peligros de llevar ese tipo de dieta durante mucho tiempo.
¿Qué es lo que no hay que hacer para adelgazar?
Intentar perder peso con medicación sin registro oficial
Utilizar fórmulas magistrales en las que se mezclen diferentes compuestos (hormona tiroidea, diuréticos, laxantes, anfetaminas, etc.) o medicamentos que no hayan sido prescritos por su médico, que es la persona adecuada para valorar el riesgo que corre.
Desconfiar de tratamiento que prometen pérdidas rápidas de peso en poco tiempo y sin esfuerzo.
Garantía de éxito para perder peso:
– Solicitar asesoramiento dietético profesional para realizar una dieta de adelgazamiento.
– Adecuar los hábitos de alimentación al modelo de dieta saludable y equilibrada. Todos los especialistas coinciden en que estar delgado supone ciertos sacrificios (especialmente para quienes tienen predisposición genética a acumular kilos) y la única manera segura y efectiva de evitar el sobrepeso es modificar el estilo de vida.
– Contemplar en la alimentación diaria todos los grupos de alimentos básicos: cereales (pan, arroz, pasta, patatas, legumbres), frutas, verduras, proteicos (carne, pescado, huevos y derivados), lácteos y grasa (aceite de oliva y semillas). La cantidad a consumir de cada grupo de alimentos varía según las necesidades particulares.
– Respetar al menos las 3 comidas principales (desayuno, comida y cena).
– Practicar ejercicio habitualmente, preferiblemente de tipo aeróbico (caminar, andar en bici, nadar, correr…).