Las medusas. Visitante inoportuno del verano

La medusa es un animal que pertenece al grupo de los cnidarios. Habita en casi todos los mares. Hay más de cuatro mil especies y de ellas trescientas en el Mediterráneo. En griego medusa significa ortiga, muchos hemos experimentado cual dolorosa es su picadura.

Las conocemos de siempre. No hace mucho las observábamos en pequeños grupos, apreciando su majestuoso vaivén y la elegancia de sus lazos pastel en el mar. Últimamente acuden a su cita veraniega de manera masiva, incluso hay que cerrar playas para ellas y los centros médicos deben curar cada día varios turistas con picaduras de medusas. Son una verdadera plaga, que atenta contra nuestra salud y también contra nuestra economía de sol y playa.

LESIONES QUE PRODUCEN LAS PICADURAS DE MEDUSAS

El esporádico encuentro con una medusa puede acarrearnos diferentes problemas. Al momento sentimos como una quemadura similar al de un calambre eléctrico, que evoluciona enrojeciendo la piel, pueden aparecer ampollas con posterior exudación, costras y cura en pocas semanas. Generalmente no pasa de una anécdota veraniega.

Si somos alérgicos, o se infecta, o son muchas las medusas que nos han picado el problema puede ser más serio.
La alergia al veneno puede manifestarse como una importante inflamación local al momento de picar la medusa. En personas muy sensibilizadas y que contactan con gran cantidad de toxina puede manifestarse con una reacción alérgica general grave. Otro factor que influye es el tipo de toxina, que depende de la especie. Algunas medusas pueden provocar síntomas de mal estar general, debilidad, espasmos digestivos, contractura abdominal, cianosis, escalofríos, fiebre, calambres, nauseas, vómitos, secreción nasal, lagrimeo y confusión mental, aunque afortunadamente en el Mediterráneo no hay medusas con veneno letal
Si queremos conocer la forma y ver excelentes fotografías de nuestras medusas puede consultarse un excelente trabajo de la junta de Andalucía (www.juntadeandalucia.es/salud/contenidos/medusas/)

LAS MAS VENENOSAS

Somos cada día mas viajeros y si vamos a viajar a nuestras antípodas ¡Cuidado con las medusas!. En Australia habita la denominada Box jellyfish o Chironex fleckeri, podría considerarse el animal más peligroso del mundo. Al menos sesenta y tres personas han muerto súbitamente tras su contacto. Se ha estudiado su toxina, aunque falta mucho por conocerla. Se considera que su conocimiento aun está en la infancia, sin embargo es de la única medusa de que se dispone de antídoto.

Este año se han visto en el Mediterráneo algunos ejemplares de “Carabela Portuguesa”, especie que tiene su hábitat en el Atlántico y afortunadamente es rara en nuestro litoral. Es peligrosa por la longitud de sus tentáculos que llegan a treinta metros. Su picadura raramente es mortal.

ORGANOS DE DEFENSA DE LAS MEDUSAS

Las medusas tienen el veneno en toda su superficie, se trata de millones de estructuras llamadas cnidocitos que están preparadas como arpones, a punto de disparase e inyectar su veneno. En el dibujo (fig.1) vemos que tiene un filamento enrollado como un aguijón conectado con la cápsula que contiene la toxina. Ante diversos estímulos externos se activa y se fija el arpón en la presa, inyectándole el veneno. Otros cnidocitos quedan sobre la superficie de la piel sin activarse por lo que nunca hay que frotar la zona inmediatamente después de picar la medusa. Los cnidocitos son como microbombas de relojería que se activan al mínimo estímulo.

Cada cnidocito solo puede usarse una vez, la descarga del veneno es automática, desencadenada por vibraciones o alteraciones en el agua. Los restos de tentáculos o medusas fuera del agua pueden picar igual que las medusas vivas. Cada especie de medusa es diferente en la composición del veneno y distribución de los cnidocitos.

¿COMO DEFENDERNOS DE LAS MEDUSAS?

Si hay proliferación de medusas evitar entrar en el agua y seguir las indicaciones de peligro que se coloquen en la playa. Hay una serie de medidas preventivas que dependen de la administración local, detectar la proliferación de medusas, informar a las bañistas mediante carteles o banderas. Si el número o peligrosidad de la especie lo requiere cerrar la playa. Extracción fuera del agua de cuantos ejemplares se pueda ya que la  exposición al sol durante un día hace perder su capacidad tóxica. Detectar los bancos de medusas e informar de su dirección a los servicio de protección civil y servicios sanitarios. En el Mar Menor se han colocado redes para proteger las zonas de baño.

Como medidas personales evitar el contacto tanto de las medusas en el agua como fuera de ella. No tocarlas ya que puede no hacernos daño en las manos y si nos tocamos la cara producir problemas como conjuntivitis o edema palpebral.

La observación de que las medusas no se pican a ellas mismas, no activan sus propios cnidocitos, ni tampoco con el contacto con algunos peces como el pez payaso, o algunos alevines de peces como bogas o serviolas, hace pensar que hay substancias que inhiben su activación. Esta es la idea que indujo a investigar sobre las cremas antimedusas. Actualmente hay una comercializada que aunque mitiga el efecto de la picadura no lo contrarresta. Aun estamos lejos de movernos como un pez payaso.

En mares que hay medusas muy peligrosas, costas de Australia, Méjico, Tejas se usan unos trajes especiales antimedusas, útiles para los profesionales del mar y algunas actividades deportivas, dando a los usuarios un aspecto de extraterrestres (foto 1).

El Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona, dependiente del CSIC, ofrece los siguientes consejos ante el contacto con una medusa común:

– No frotar la zona afectada ni con arena ni con la toalla
– No limpiar la zona de la picadura con agua dulce: usar siempre agua salada
– Aplicar frío sobre la zona afectada durante 15 minutos usando una bolsa de plástico que contenga hielo.
– Nunca aplicar hielo directamente a no ser que sea de agua marina. Si el dolor persiste conviene aplicar de nuevo la bolsa de hielo durante otro cuarto de hora
– Extraer cualquier resto de tentáculo que permanezca adherido a la piel, usando guantes.
– Si el estado de la victima empeora progresivamente y se detectan complicaciones respiratorias, convulsiones o alteraciones cardíacas, ha de ser llevada inmediatamente al hospital para que le traten de estas afecciones.
– Las personas que han sido picadas una vez están sensibilizadas, con lo que una segunda picadura puede producir una reacción más severa.
– Se recomienda además identificar la especie de medusa que ha ocasionado la picadura y aplicar el tratamiento médico correspondiente, acudiendo al centro médico más cercano.
– Las medusas pueden provocar irritación aunque estén muertas.

ALGUNAS ANECDOTAS SOBRE MEDUSAS

No es mi objetivo escribir una novela de terror pero les relatare algunas historias de medusas.

– Un bañista que atrapó a una medusa con un palo y la tiró con fuerza a la orilla, con tan mala suerte que dió de lleno contra una madre y su hijo. Requirieron traslado urgente a un hospital.

– Lo que le ocurrió a un socorrista que bebió agua que contenía tentáculos de medusas recogidos para su posterior estudio. Se salvó de ahogarse casi de milagro.

– Este verano acudió un paciente a mi consulta presentando una lesión amplia en el brazo. Explicó que tras picarle la medusa se había pasado varias veces por encima de la zona afectada la tarjeta de crédito, como si de un pago se tratase. Pensé que no nos entendíamos, o que estaba alucinando, por el calor, la crisis, o los bancos de medusas. Más tarde busqué en Google la relación entre medusas y tarjetas de crédito la encontré en la página web del Ayuntamiento de Palma que para eliminar los tentáculos de las medusas recomienda: “…los trozos de tentáculo que puedan quedar pegados a la piel). Si estos trozos están muy pegados retirarlos con un instrumento rígido (tarjeta de crédito…) nunca con los dedos.”
Es importante no tocar los tentáculos con las manos pero cuidado con hacer mal uso de las tarjetas de crédito. Los bancos de medusas suelen cobrar en especie.

– La última anécdota es del pasado domingo, fui a darme un baño en una de nuestras playas y vi a un señor orinando sobre la pierna de su compañera. Aunque se preste a malentendidos era con buena intención, porque le había picado una medusa.
Ante la cara de dolor de la víctima y que no había ningún centro cercano me ofrecí a ayudarles. Les informé de que la orina puede activar los cnidocitos y no es recomendable, y les ofrecí mi rudimentario “set antimedusas”; dentro de una bolsa termo aislante llevaba un refresco un par de bolsas de guisantes congelados unos guantes de látex unas pinzas algodón y un frasquito con vinagre. Me puse los guantes, procedí a limpiar la zona con cuidado con agua de mar, retire los pequeños restos de tentáculos con las pinzas y aplique suavemente un chorrito de vinagre. Por último deposité la bolsa de guisantes congelados durante 15 minutos.
Los remedios sencillos a veces funcionan.
¡Buen verano!