Autor: Rafel Calle
Para hablar del ritmo en la poesía, creo que debemos partir del ritmo en la escritura, es decir, el ritmo producido cuando la leemos. Si cualquier palabra de dos o más sílabas (salvo preposiciones…) consta de una sílaba tónica y las demás átonas; si el lenguaje escrito tiene muy en cuenta las detenciones (silencios), por medio de los signos de puntuación, etc., tendremos que convenir que la escritura, por básica que sea, tiene un código rítmico: tónica-átona(s)-silencio.
Ahora bien, cuando hablamos de poesía, lo hacemos de poemas. El poema se diferencia de la prosa básica en que utiliza una variedad del lenguaje llamada lenguaje literario. En la prosa culta o literaria, también se utiliza el lenguaje literario, pero la diferencia con respecto a la poesía se centra en que esta riza el rizo del lenguaje literario -debido a la densidad, complejidad y proliferación de sus recursos- y lo convierte en rítmico-literario, porque aparece una cadena de elementos lingüísticos; eslabón tras eslabón se va vertebrando una cadencia, simétrica o no, mono, poli o multirrítmica, que produce una combinación de sonidos muy emparentada con la eufonía.
Hablando de poesía, es decir, de poemas, vamos a centrarnos en las cuatro modalidades que existen a la hora de escribir poemas: Poema en verso monométrico. Poema en verso polimétrico. Poema en verso multimétrico. Poema en prosa versicular (versículos).
Combinación monométrica: En este poema, el ritmo está basado en el lugar que ocupen las sílabas tónicas. La sílaba axial siempre es la penúltima y es la única inalterable (de ahí la alteración silábica aguda y esdrújula al final del verso). Puede ser monorrítmico si los acentos o tónicas coinciden en el mismo lugar en todos los versos, y puede ser polirrítmico si no lo hacen.
En el verso simple siempre se da la detención al final del verso (pausa versal), mientras que en el verso compuesto, además de la pausa versal, también existe pausa (pausa interior) al final de cada hemistiquio.
Así pues, en el poema de versos monométricos, está muy claro que las sílabas tónicas se convierten en acentos que marcan el ritmo.
Si hablamos de verso rimado, el final del verso, es decir, la metría del verso queda doblemente marcada por la pausa versal y por la coincidencia fónica.
Combinación polimétrica: El ritmo es prácticamente idéntico al del poema monométrico, incluso puede ser monorrítmico.
Combinación multimétrica: El ritmo lo marca el propio lenguaje del poeta. Puede tener más o menos secuencias rítmicas propias del verso monométrico, del polimétrico y del versículo, en función de variables como, por ejemplo, los conocimientos de métrica y del lenguaje literario, la costumbre, los gustos… El verso multimétrico, comúnmente llamado verso libre, no se diferencia de cualquier otra combinación versal, salvo en que no se premedita, no se tiene en cuenta el lugar que ocupan las sílabas tónicas, ni el número de sílabas que conforman el verso. Sin embargo, en el verso multimétrico, obviamente, también hay sílabas tónicas y, claro está, marcan un ritmo que se verá acotado por los signos de puntuación, por las detenciones por cambio de sentido y por la pausa versal. Así pues, si cortamos el verso multimétrico justamente por cada uno de sus campos sintácticos acotados por las detenciones, se nos mostrará muy claramente el ritmo del poema.
Es frecuente que el ritmo del verso multimétrico se considere distinto al de los demás versos, pero, en realidad, lo único que cambia es la consciencia rítmica, porque las características del propio lenguaje, del que provienen todos los versos, se encargan de acotar campos sintácticos, semánticos…, idóneos en longitud en el habla normal, que conforman una cadena rítmico-melódica muy emparentada con la de los versos de su misma extensión.
Para que nos entendamos, al final, el verso multimétrico es o puede ser una combinación de versos, incluso dentro del propio verso, combinados sin rigor métrico, sin la mínima diferencia de dos sílabas entre las metrías.
Combinación en prosa versicular: Una gran diferencia entre el versículo y el verso se halla en que el versículo no observa la pausa versal. No existen metrías, es decir, es amétrico. El renglón acaba a gusto del poeta y solo termina su significado por medio del signo de puntuación. Otras diferencias respecto al verso pueden ser la densidad semántica y la longitud sintáctica, menor en el versículo. Sin embargo, el ritmo del versículo es o puede ser igual que el del verso multimétrico, salvo en el asunto de la pausa versal.