Entrevistas Alaire: Manuel Alonso, Víctor F. Mallada, Armilo Brotón

Autora: Hallie Hernández Alfaro

Entrevistados: Manuel Alonso, Víctor F. Mallada, Armilo Brotón.

Tres escritores de poesía, visionarios diferentes del multiuniverso creativo, compañeros de Alaire y hombres de buena lid.

 

Manuel: Tu poeta es amplio, abarcador, sensible a ultranza; ¿cuéntanos cómo fueron tus primeros pasos en el mundo de las letras?

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Mis primeros pasos en poesía fueron en Barcelona, en la revista Peliart, pero antes ya había escrito poemas en el bachiller, en León. Siempre me atrajo la poesía y las bellas artes, la pintura, escultura, música, (soy un músico frustrado). Considero que en todas ellas hay poesía, y a través de cada una se transmite. Sin embargo, no tengo ningún antecedente familiar. Mi padre era ferroviario y yo funcionario del Estado. Actualmente me dedico a la docencia. Imparto clases de Derecho Penal y Procesal. Volviendo a la poesía te diré que para mi es un mundo, mejor dicho, un universo que se expande como el nuestro y no llegamos nunca a definir, sino simplemente a sentir, que ya es bastante, y nos proporciona o nos trata de mostrar el camino de la belleza, en sus múltiples formas. El momento de la creación es único e irrepetible, solo transferible por medio de la plasticidad del sentimiento, primero en el corazón de uno y después en el lector de poesía, o el que contempla un cuadro de Sorolla.   

 

Víctor: La música ha sido una expresión constante en tu vida; ¿cómo ha influenciado su ejercicio en el alumbramiento de tus versos?

Victor Mallada

Para mí, la poesía tiene un alma musical desde el inicio y, cuanto más se desentienda de sus orígenes menos “lírica” será. Entiendo que la poesía puede y debe explorar nuevas expresiones, nuevas formas de manifestarse, pero nunca debería olvidarse de su alma original.

 

Armilo: Nacido en la Madre España y viandante en otras latitudes; ¿qué peso han tenido los “traslados físicos-mentales” en la obra de tu Miguel?

Armilo Brotón

Bueno antes que nada agradecerte la deferencia de este menage a trois con dos grandes para salvar el honor poético de mis churros y sobre todo, por definirme como un hombre de buena lid. Te haré llegar cumplidamente el soborno prometido.

Entrando en la respuesta: Total y absoluto. Mi vida es movimiento y el movimiento es mi vida. Mis temas son cosmopolitas por mi forma de entender y pasear el mundo. Para mí todo es relativo. El tema tratado en el poema puede tener origen en Perú, México, España, Italia. Miguel es un pirata. Parasita a una serie de hombres y mujeres que ha ido encontrando a lo largo de su vida: Armilo, Roger, Remedios, Renato y algunos más que ni yo sé de dónde son.

Sinceramente la poesía no es un suceso fundamental en mi vida. Por ejemplo, considero más interesante descuartizar la poesía del prójimo: Siempre entre los restos queda algún verso comestible.

 

Manuel: León es uno de los lugares en el mundo donde la poesía es complicidad de casi todos. ¿Qué autores leoneses han sido determinantes para tu formación?

Los autores leoneses que más han influido en mí son Antonio Gamoneda, Julio Alonso Llama zares, Colinas, Juan Carlos Mestre, por este orden, aunque hay muchos más, ya que como sabes, León es una tierra muy hermosa, cuna de brillantes poetas.

Me gusta el existencialismo, lo que habla del hombre, de su origen, supervivencia, etc. Me apasiona la poesía urbana, los quehaceres cotidianos.

Antonio Gamoneda es mi Maestro, un día me ayudó a ponerme la chaqueta, después de una charla que dio en la Fundación Sierra Pambley y le dije que lo que más me había llamado la atención de su persona, además de su poesía, era su aspecto físico, me parecía un ferroviario.

El comenzó a reírse al hacerle esta observación. Yo siempre sentí predilección por los ferroviarios, pues mis antepasados lo fueron, mi padre, abuelo, bisabuelo. A mi abuelo lo mató el tren en Santander. Estaba tan habituado a andar entre los vagones, pues era enganchador, que no se percató de que el tren estaba haciendo maniobras y lo atraparon y aplastaron los topes. Yo tenía 8 años y recuerdo cuando mi madre me fue a buscar a la escuela de la Hermandad Ferroviaria y me dio la noticia. La última frase que me dijo mi abuelo fue “estudia”.

 

Víctor: Amante de los vinos de gran estirpe, con el idioma de Lord Byron como segunda lengua, conocedor de múltiples y lejanas culturas. ¿Qué personajes literarios han marcado en tu “yo escritor” un antes y un después?

En mi caso, Hallie, no hay un “yo escritor”, sino una persona con múltiples aficiones, como tocar la guitarra o hacer música para los amigos (mi última composición es una nana); cuidar de una viña, desde la poda de invierno a la vinificación del mosto cosechado; cultivar unas pocas pero muy buenas amistades y, muy de vez en cuando, escribir algún poema.

De los años mozos me quedan gratos recuerdos de leer a Rabindranath Tagore en las traducciones de Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí. Más tarde descubrir a los místicos españoles: “Mil gracias derramando, pasó por estos sotos con presura”… y más recientemente leer a compañeros de Alaire o escuchar poemas cantados por Serrat, por Sabina, Paco Ibáñez…

 

Armilo: Tus poemas son piezas ingeniosas y contundentes; me encantaría que nos contases cómo vives ese proceso creativo? ¿se podría hablar de un pacto entre la razón y la emoción?

No. La razón tiene poco o nada que ver en ellos más que mi pasión por la filosofía. Yo diría más bien que la intuición, algo de emoción y un grado alto de vino me llevan a ensartar, cuando no estoy deprimido, tres o cuatro palabras coherentes.

La idea viene de lo que me rodea: una lectura, un detalle, una provocación de mi musa. Un primer verso desencadena el tsunami: hago un boceto rápido, a veces muy automático y después de un tiempo releo y voy puliendo hasta que me gusta.

Creo que la forma de percibir que tenemos cada uno es la que determina la originalidad del poeta. Luego está su estado emocional y sus circunstancias culturales. La intención también es muy importante. La mía es siempre ir un poco más allá de lo evidente, buscando la extrañeza.

 

Manuel: Siempre he afirmado que el derecho y la poesía son/pueden ser fuente de agua hermana (en ambos se necesita el idealismo y la pasión); ¿cómo has podido llevar ambos mundos en tu mirada literaria?

Querida Halle, el derecho y la poesía, no tienen nada que ver, uno es conservador, la otra transgresora, cuando entra en vigor una norma, ya ha nacido una nueva modalidad delictiva.

La poesía es refrescante, pero absorbe, como el regazo de una madre. Te persigue siempre, allí donde te halles. Y como un malnacido, no es agradecida. Pero no es humana, es un camino que no acaba nunca, lleno de preguntas, presagios y de vez en cuando, alguna respuesta que sólo Dios conoce.

 

Víctor: ¿qué novelista española contemporánea recomendarías a nuestros lectores?

María Dueñas. Su novela “El tiempo entre costuras” me enganchó desde el principio y casi la termino de un tirón.

 

Armilo: ¿Cómo te gustaría que fuese la difusión de poesía en la próxima década?

Tal como hacía mi abuela. Alrededor del fuego. Trabajando la palabra, el sonido, la imagen, gesticulando. Sería una especie de performance. Algo que ya estaba inventado hace mucho tiempo. Me gustaría que en todos los centros comerciales del mundo hubiera un espacio para hacer fuego y sillas alrededor y que fuera un foro continuo de poesía.

Pero esto es una quimera así que, siendo más práctico, te diré que me gustaría que fuera a través de los terminales telefónicos que hoy todos portamos. A través de Apps, aplicaciones de software que nos permitirán en cualquier momento leer un poema según nuestro estado de ánimo. Porque la poesía es sólo una de las manifestaciones de la energía. Esta idea la saqué de un cuento de la poeta Tigana y se la robé.

No podría seguir pensando en la poesía sin el libro, pero es que soy viejo y maniático.

 

 

Manuel: dime una frase que -a través de los años- te siga pareciendo tremendamente inspiradora.

La frase que más me ha impresionado, desde la infancia, es “yo soy el que soy”, de Dios. Yo sin saberlo la escribía en un papel sobre el pupitre cuando tenía 10 años. Después supe que la decía Dios, y me quedé asombrado y perplejo cuando lo descubrí. Es decir, yo, inconscientemente escribía dicha frase mecánicamente a muy temprana edad, sin saber el significado. Muy lejos de considerarme Dios, yo solo me considero un animal que a veces razona. Pero fue una frase que perdura en mi memoria.

 

Víctor: Cómo crees que podríamos conservar/ preservar la cultura del Gran Miguel de Cervantes? ¿quizá la implementación de una materia obligatoria desde el jardín de infantes?

A mí me da mucha envidia viajar por el Reino Unido y darme de bruces con tantas ocasiones de recordar al gran Shakespeare, desde su supuesta casa en Stratford-Upon-Avon hasta el “Globe”, en la margen derecha del Támesis a su paso por Londres.

En general, los españoles no sabemos apreciar lo que tenemos, y no es tema de llenar el currículum de materias obligatorias, sino de tenerle más cariño a los nuestros y demostrarlo, a todos los niveles, desde las administraciones públicas hasta en el más mínimo gesto de reconocimiento personal.

 

Armilo: dime dos cosas sin las que no pudieras ni quisieras vivir.

Eso es algo que para mí no tiene duda: el vino de mi amigo Marcelino Serrano y una hembra hermosa que como Sherezade me recite poemas, a la luz de un candil, antes de irnos a deshacer la cama y saborear en su boca los últimos versos.

 

 

Amigos, ha sido un honor compartir este espacio. Mil gracias por vuestra atención.

 

Hallie Hernández Alfaro

Agosto, 2016.