Autor: Rafel Calle.
[divider_flat]El verso es la unidad resultante de la segmentación del lenguaje entre pausas métricas.
- Entre verso y verso siempre debe haber una pausa métrica que comúnmente llamamos pausa versal.
- El verso siempre debe permitir la detención por la pausa métrica sin perder el sentido de lo que se está diciendo, lo cual nos lleva directamente a la esticomitia y a la erradicación del encabalgamiento como un mero accidente métrico; permitiendo la pausa métrica, el encabalgamiento se convierte en una figura retórica de primer orden.
- En el verso, los signos de puntuación nunca son sustituidos por la pausa métrica, siempre deben estar presentes como lo estarían en cualquier lenguaje escrito.
- En el verso, la sinalefa no se puede aplicar entre signos de puntuación, es decir, a efectos métricos, entre signos de puntuación la sinalefa no cuenta para nada.
- Las licencias métricas siempre son desaconsejables (diéresis, sinéresis…).
- Sin embargo, el hiato es la forma más aconsejable y se debe aplicar siempre que se pueda o, lo que es lo mismo, siempre que le suene bien al escritor, porque es la forma del lenguaje culto, en contraposición a la forma del lenguaje popular del que proviene la sinalefa.
[divider_flat]Existen dos clases de versos: verso simple y verso compuesto.
- El verso simple, siempre y en todo caso observa la pausa métrica; debe acentuar siempre en la penúltima sílaba, por lo tanto, si termina en aguda se resta una sílaba y si termina en esdrújula se añade una sílaba, en ambos casos, obviamente, de forma imaginaria. No hay más alteraciones silábicas en el verso simple, por ello, no existen los hemistiquios, que son exclusivos de los versos compuestos.
- El verso compuesto siempre y en todo caso observa la pausa métrica, debe acentuar siempre en la penúltima sílaba, por lo tanto, si termina en aguda se resta una sílaba y si termina en esdrújula se añade una sílaba, en ambos casos, obviamente, de forma imaginaria; pero, además, debe observar una o varias pausas en el interior del propio verso, que forman periodos rítmico-sintácticos llamados hemistiquios y que funcionan como si fueran versos (pausa versal -en este caso llamada pausa interior- y alteración del cómputo silábico). Los hemistiquios pueden ser simétricos o asimétricos. En el verso compuesto se pueden dar dos, tres o más hemistiquios, si bien, hasta hoy día, ha sido un verso poco explorado, por lo que será muy difícil encontrar versos compuestos de tres o más hemistiquios, ahí tenemos el dodecasílabo ternario y poco o nada más.
[divider_flat]Existen tres formas de combinar los versos simples y compuestos.
- Una, monométrica: combinación de versos del mismo metro. Puede ser un verso simple o compuesto.
- Dos, polimétrica: combinación premeditada de versos de varios metros. Puede ser verso simple, compuesto o una combinación de ambos.
- Tres, multimétrica: combinación sin premeditar de varios metros. Siempre es un verso simple, por muy lago que sea, siempre es un verso simple, por la sencilla razón de que no se premedita, al contrario que el verso compuesto que debe premeditarse y mucho.
[divider_flat]El ritmo del verso siempre viene de la mano de la combinación elegida.
[divider_flat]Al ritmo del verso, no hay que buscarle cosas raras, teorías genialoides…, es más simple que eso.
Partiendo del ritmo en la escritura, es decir, el ritmo producido cuando la leemos, si cualquier palabra de dos o más sílabas (salvo preposiciones…) consta de una sílaba tónica y las demás átonas; si el lenguaje escrito tiene muy en cuenta las detenciones (silencios), por medio de los signos de puntuación, etc., tendremos que convenir que la escritura, por básica que sea, tiene un código rítmico: tónica-átona(s)-silencio.
Partiendo del ritmo en la escritura, es decir, el ritmo producido cuando la leemos, si cualquier palabra de dos o más sílabas (salvo preposiciones…) consta de una sílaba tónica y las demás átonas; si el lenguaje escrito tiene muy en cuenta las detenciones (silencios), por medio de los signos de puntuación, etc., tendremos que convenir que la escritura, por básica que sea, tiene un código rítmico: tónica-átona(s)-silencio.
[divider_flat]Ahora bien, cuando hablamos de verso, estamos rizando el rizo del lenguaje literario -debido a la densidad, complejidad y proliferación de sus recursos-, así que, lo convertimos en rítmico-literario, porque aparece una cadena de elementos lingüísticos; eslabón tras eslabón se va vertebrando una cadencia, simétrica o no, mono, poli o multirrítmica, que produce una combinación de sonidos muy emparentada con la eufonía.
[divider_flat]Ritmo en la combinación monométrica: en este poema, el ritmo está basado en el lugar que ocupen las sílabas tónicas. Puede ser monorrítmico si los acentos o tónicas coinciden en el mismo lugar en todos los versos, y puede ser polirrítmico si no lo hacen. Así pues, en el poema de versos monométricos, está muy claro que las sílabas tónicas se convierten en acentos que marcan el ritmo.
Si hablamos de verso rimado, el final del verso, es decir, la metría del verso queda doblemente marcada por la pausa versal y por la coincidencia fónica.
Si hablamos de verso rimado, el final del verso, es decir, la metría del verso queda doblemente marcada por la pausa versal y por la coincidencia fónica.
[divider_flat]Combinación polimétrica: el ritmo es prácticamente idéntico al del poema monométrico, incluso puede ser monorrítmico.
[divider_flat]Combinación multimétrica: el ritmo lo marca el propio lenguaje del poeta. Puede tener más o menos secuencias rítmicas propias del verso monométrico, del polimétrico y del versículo, en función de variables como, por ejemplo, los conocimientos de métrica y del lenguaje literario, la costumbre, los gustos… El verso multimétrico, comúnmente llamado verso libre, no se diferencia de cualquier otra combinación versal, salvo en que no se premedita, no se tiene en cuenta el lugar que ocupan las sílabas tónicas, ni el número de sílabas que conforman el verso. Sin embargo, en el verso multimétrico, obviamente, también hay sílabas tónicas y, claro está, marcan un ritmo que se verá acotado por los signos de puntuación, por las detenciones por cambio de sentido y por la pausa versal. Así pues, si cortamos el verso multimétrico justamente por cada uno de sus campos sintácticos acotados por las detenciones, se nos mostrará muy claramente el ritmo del poema.
[divider_flat]Es frecuente que el ritmo del verso multimétrico se considere distinto al de los demás versos, pero, en realidad, lo único que cambia es la consciencia rítmica, porque las características del propio lenguaje, del que provienen todos los versos, se encargan de acotar campos sintácticos, semánticos…, idóneos en longitud en el habla normal, que conforman una cadena rítmico-melódica muy emparentada con la de los versos de su misma extensión.
[divider_flat]Para que nos entendamos, al final, el verso multimétrico es o puede ser una combinación de versos, incluso dentro del propio verso, combinados sin rigor métrico, sin la mínima diferencia de dos sílabas entre las metrías.
[divider_flat]No se debe confundir el verso multimétrico con el versículo. El versículo no es un verso, por lo tanto, es amétrico. El versículo no forma parte de la versificación, sino de la prosa, en este caso prosa versicular.
El versículo no es un verso, pero es poesía. Por lo tanto, poesía no es solo versificación. Cuando un verso se salta las normas de la versificación, automáticamente, se convierte en un versículo.
El versículo no es un verso, pero es poesía. Por lo tanto, poesía no es solo versificación. Cuando un verso se salta las normas de la versificación, automáticamente, se convierte en un versículo.
[divider_flat]La formación del discurso siempre es mejor que se deba a la familiaridad semántica (isotopía).
- El verso se construye mediante el lenguaje literario, lenguaje que, obviamente, es el mismo que utiliza la prosa literaria, con la salvedad de que en el verso y en la poesía toda (ahí añadimos el versículo), los recursos del lenguaje literario se utilizan con más profusión que en cualquier otra forma de lenguaje escrito.
- Aunque la isotopía es una regla general del lenguaje rítmico-literario con el que se construyen los versos en la Escuela Alaire, porque se consiguen empaque y fluidez referencial en el aspecto semántico, altura literaria y, sobre todo, una mejor transmisión poeta-lector, dicha isotopía no es la única manera de hilar un buen lenguaje rítmico-literario, siempre dependerá de los subtipos de lenguaje y de poema, eso sí, cuanto más simbólico, mejor la isotopía.