Stephen King

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Autora: Hallie Hernández Alfaro.

[divider]Terror a la medida. El juego psíquico irrigando las casillas más espeluznantes.
[divider]El miedo como emoción primaria consigue su expresión más brillante en las obras de este autor norteamericano. Llega a rincones universales que yacen en nuestros cerebros con las luces apagadas. A media sombra de la resurrección, a medio segundo de los seres más nebulosos y temibles.
[divider]Stephen King (Portland, Estados Unidos, 1947) ha logrado sorprendernos y  destituir la tranquilidad en los detalles más cotidianos. Será difícil olvidar el argumento de Carrie, aquella chica adolescente, con poderes telequinésicos, que se cobra una a una las humillaciones  de las que ha sido objeto por sus  compañeros de clase. El resplandor, Eso, Misery, Insomnio,  son piezas de la literatura del terror  que engalanan las mejores bibliotecas.
[divider]Recuerdo la tarde que empecé a leer Cementerio de animales, hace ya más de 25 años. El aire se hizo pesado, las calles de mi barrio adquirieron un estupor de sepia, un angustioso  tinte de pena. Los gatos devueltos, el milagro a medias, la muerte escarbada, esa razón imposible descansando en el rellano…
[divider]¿Qué talento especial, casi fuera de serie, asiste a este maestro del horror? ¿Qué influencias psíquicas o extrasensoriales pueden haber afectado el espíritu de este hombre para predisponerlo a una literatura tan valiente? Enfrentarnos y poner al relieve nuestros monstruos más ancestrales requiere, sin duda, una enorme dosis de valentía. Excavar en los pozos del misterio interior y  colectivo precisa una agudeza y un tesón que no son fáciles de encontrar…
[divider]Junto a las adaptaciones cinematográficas de sus novelas por parte de terceros, Stephen King realizó también diversas incursiones en el séptimo arte. Unas veces escribió él mismo el guión original de sus películas, como en el caso de la adaptación del cómic Creepshow (dirigida por George Romero en 1982 y que fue objeto de una segunda parte en 1987) y de Sleepwalkers (1992); en otras ocasiones el mismo King asumió la dirección de la película, como en el caso de Maximum Overdriver (Máxima aceleración, 1985).” Biografías y vidas, Miguel Ruiza, Tomás Fernández, Elena Tamaro y Marcel Durán.
[divider]Hace pocos días he pensado en la mente preclara de King, en su inestimable poder de hacernos vivir en primera persona la fascinación de lo mórbido, los efectos colaterales del suspenso, su idiosincrasia de género rico en adrenalina. Fue después de ver “El juego de Gerald” en la versión de Mike Flanagan, cuando pensé en dedicar unas líneas a este gran narrador que acaba de cumplir 70 años… y quien forma, con méritos suficientes, parte esencial de nuestra herencia humana.
[divider]La  esperanza es una cosa buena, quizás la mejor de todas, y las cosas buenas nunca mueren
Stephen King.