Entrevista a José Manuel Fernández Febles

Febles
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Tenemos la gran suerte de contar entre nosotros con un poeta de raza, declarado militante en el amor, José Manuel Fernández Febles, nos abre su corazón para acercarnos un poquito más a su concepción de la poesía y de la vida.

Con varias publicaciones en su haber y una gran ilusión por compartir, este lírico incansable nos confiesa que su pretensión no es otra que llegar al corazón de quienes lo lean. Sin ninguna duda, esto ya lo ha conseguido.

 1ª.- Háblanos de los primeros contactos con la poesía.

febles_casino_taoroMe encontraba en el dulce vientre de mi madre, ya en Dios. Yo era el más pequeño de cuatro hermanos –familia numerosa- y me sentí abrazado a ella, amante generosa de la poesía. Me leía en voz alta, cuando las circunstancias se lo permitían, tanto antes de irse a dormir como al pronto del alba. Mi madre, profesora, nunca escribió poemas, pero dejó fundido en mi corazón las razones de sentirlos como parte de la vida, como un credo de nuestro ser concreto que ha marcado la más grande devoción de mi existencia.

Luego, mientras estudiaba el bachiller superior, en las clases de literatura se leían a los clásicos y, eso, unido al “veneno” que ya traía en la sangre, hizo posible que a los quince años de edad, cuando sólo era un adolescente, me publicaran mi primer poemario titulado “Cárcel del amor y del recuerdo”. Seguí escribiendo sin publicar muchos años. De forma esporádica lo hacía, a veces, en alguna revista del género o en periódicos locales, muchos de ellos ya desaparecidos. En 1995 di a conocer “El albergue de la soledad”, en 1995/1996 me publicaron “Lo que nunca te dije”, en 1998 “Tranvía de sombras”, en 1999 “Poemas bajo la lluvia “, “Donde el corazón me lleve”, en el año 2000, “Una mirada al corazón” en el año 2002, “Nosotros” en  el año 2004 y, por último en el año 2007 “La ausencia también existe” en íntima colaboración con una extraordinaria mujer y poeta mexicana: Cecilia Ortega Astorga (Cecilia Martos), hilo conductor de un encendido fervor yacente.

2ª.- ¿Qué autores han influido más en tu obra?

Muchos, entre ellos, Gustavo Adolfo Bécquer, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Vicente Aleixandre, Blas de Otero, Pablo Neruda, Mario Benedetti, Walt Whitman, etc.etc.

3ª.-  Un libro que sea imprescindible recordar.

“Mil razones para vivir” de Tom Elder Cámara, Arzobispo de Recife.

4ª.-  ¿Crees que hoy en día existe realmente la figura del poeta?

Indudablemente, ¿quién dirá las palabras salvadoras del mundo? Sin los poetas nadie podrá oír el murmullo del agua, ni ver la luz de la luna en la noche oscura, sentir las emociones y llenar páginas de versos, es un alma distinta con lo nobleza presente y la sensibilidad en todo su ser. El poeta no morirá jamás, el destino de la humanidad finaliza en el alma del poeta.

5ª.-   ¿Qué crees tú que se necesita para ser poeta?

Independientemente de los conocimientos cultos que se deben tener, una de las primordiales bases es transmitir las emociones más allá de las cosas del mundo, el misterio de sus íntimos sentimientos. Ser poeta, no sé si alguien lo dijo, pero lo digo yo, es estar en todos sitios sin pedir permiso.

6ª.-  ¿Cuál crees tú que es el estado más propicio para que nazca el poema?

febles2En un estado de paz y de liberación absoluta, tal vez, sea el mejor momento, pero el poeta escribe, al menos yo, en la paz de la noche, ello no es motivo para que en la mesilla del dormitorio, en el auto, en los bolsillos de las chaquetas, en mi despacho laboral y en cualquier otro lugar, hasta en el más inconcebible, lleve conmigo lápiz y papel. Escribo apegado a la poesía, intentando aproximarme al lirismo y al predominio estético, pero sobre todo, comunicándome con quien pueda leerme para que en un intento de verdadera honradez mostrarles mi corazón.

7ª.- ¿Qué importancia tiene el amor en tu creación poética?

Para mí, el amor es el único viajero del mundo. Lo he sentido de tal manera, que ha sido el motivo principal de haber existido. “¿Quién de nosotros puede, volviéndose en el camino del que no regresa, decir que lo siguió como correspondía?” Mis sentimientos llaman al amor.

8ª.- ¿Qué te gustaría que se recordara de tu obra?

Al menos el intento de llegar al corazón de cuantos me lean.

9ª.-  Háblanos un poco de tu experiencia con la poesía en Internet, ¿Qué te ha aportado como poeta y como persona?

Esta es una pregunta muy interesante. A través de este medio podemos los poetas dar a conocer nuestros trabajos. Cuando escribimos un poema y aceptamos el riesgo literario de exponerlo, también tenemos que pensar que nos pueden leer muchas personas afines a nuestros propios sentimientos. Elaboramos una historia íntima y proponemos la forma más conveniente, a nuestro alcance, para mostrarla al desnudo. Este espacio que nos ofrecen, de forma desinteresada, debemos defenderlo con total legitimidad, con exacta conciencia de lo que verdaderamente vale. Por medio de este espacio he podido contactar con excelentes poetas, que de no ser así, jamás los hubiera conocido. Aquí se ha construido un pedestal para enlazar y consolidar nuestra amistad a través de la poesía.

10ª.-  ¿Cómo auguras el futuro de la poesía en castellano?

La poesía está cargada de futuro en cualquier idioma, nunca será vano el esfuerzo de escribir las palabras que nunca morirán. Para aquellos que están  enfrente de mí, manifestando dudas; para aquellos que se columpian en la misma soledad que yo; para aquellos que me leen, les envío una suelta de palomas con la levedad emocionada de mis gritos, con el orgullo de compartir tantas inquietudes ingobernables. Escribo para todos con el respeto más profundo.

11ª.-  Mójate un poco con nosotros, ¿A qué  poetas de la red les auguras más futuro en la literatura?

Este hogar tiene mucha lumbre, mojarlo cuando arde en el corazón de todos sería un sacrilegio. La Extremaunción no se puede dar, querida Sara, quedarían lágrimas en aquellos que nunca lloran.

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PALABRAS DE ÚLTIMA HORA.

El crepúsculo emigra en la ventana
Mario Benedetti.

Apenas son tantos años y, sin embargo,
el lápiz insomne quiere escribir sobre
el papel arrugado de generosa memoria,
porque los ojos, en constante vigilia,
niegan las prohibiciones con vuelos de garza
ahora que pasan las horas archivando abrazos,
sacudiendo auroras que fueron
brindis de labios temblando de asombros.
Mas, decir hoy, qué rencor me hace preguntas
cuando en la cordillera de los años
todo llega, aún de noche,
donde el corazón se serena de ilusiones y se hace grande,
como una mar de sueños.
Decir mañana, es nacer con las sílabas
conmovidas al perdón.
Decir ayer, tal vez sea una tarde de otoño
cuando el sol en claroscuro no se hace
notar en las manos, o un árbol sin ramas
exuberante de tristeza.
Quién sabe de aquella última utopía.
Qué otra pregunta me hago para decir:
¿Estoy?