“La imagen es una creación pura del espíritu”
Pierre Reverdy
El año 1924, André Breton, revolucionaría las vanguardias con el primer manifiesto surrealista; a partir de entonces, pese a tener su fundación en Francia, su influencia se vio en el desarrollo de las artes y se expandió a todo el mundo. En poesía, los más importantes poetas de nuestra lengua recibieron, de forma directa o indirecta, la herencia del surrealismo. En el contexto chileno, bajo la reciente dictadura del presidente Carlos Ibáñez del Campo, ocurrida entre 1927 y 1931, las secuelas de la crisis económica mundial de 1929 que en Chile se verían en el ámbito minero del salitre y el cobre, los efectos sociales y políticos de la guerra civil española, el inicio de la segunda guerra mundial, se forjaría uno de los grupos poéticos más importantes en la historia de la literatura chilena.
Aun cuando se ha señalado el año 1938 como el año en que el surrealismo chileno vio la luz mediante el grupo Mandrágora, se puede afirmar que el proyecto poético ya se estaba engendrando desde 1932 entre tres de los componentes de este grupo, los poetas Braulio Arenas, Enrique Gómez Correa y Teófilo Cid; y que a partir de 1935 se preparaba el camino para la publicación de la revista Mandrágora, que finalmente daría inicio al surrealismo en Chile con la presentación de ésta el día martes 12 de julio de 1938 en la Universidad de Chile. En el memorable primer número de la revista Mandrágora, colaboraría un reconocido Vicente Huidobro, lo que según Octavio Paz, hace de él uno de los impulsores del surrealismo hispanoamericano. Paz señala, además, del grupo Mandrágora “la actitud de los surrealistas chilenos fue ejemplar; no sólo tuvieron que enfrentarse a los grupos conservadores y a las milicias negras de la Iglesia Católica sino a los stalinistas y a Neruda. La acción y la obra de Arenas y sus amigos ha sido cubierta por una montaña de inepcias, indiferencia y silencio hostil”. En cuanto al papel de Huidobro dentro del grupo Mandrágora, es importante que la figura del poeta creacionista era impulsora de poesía y debate, como señala Gómez Correa en una entrevista refiriéndose a Vicente Huidobro “él nunca fue maestro, nosotros nunca fuimos sus seguidores. Le reconocíamos una serie de méritos, pero seguirlo, no. Esa es la diferencia. Por eso la Mandrágora nunca pudo haber estado con Neruda. Porque Neruda quería aduladores, seguidores. En cambio nosotros teníamos un sentido crítico. Yo habría durado una hora con Neruda y punto. Con Vicente se peleaba, se discutía. Era dialéctico. Nuestra pelea era por que le decíamos”. Aunque cuando existió un divorcio posterior entre el grupo Mandrágora y Huidobro, sólo fue una lejanía en el ámbito poético.
Por otro lado, otro importante aporte al desarrollo de Mandrágora en su proceso inicial, vendría de un joven Gonzalo Rojas, quien producto de su trabajo como profesor desertaría más tarde, según Braulio Arenas. Ya desde 1937, señala Rojas, una serie de discusiones ardientes entre él y quien fuera reconocido como el indiscutible capitán del grupo, Braulio Arenas. Rojas indica de Mandrágora: “extraña alianza de unos cuantos rebeldes que intentamos la renovación del oxígeno total, como nuestros antepasados los románticos alemanes y los surrealistas franceses. Ver claro de día y de noche, estar siempre despiertos a la más lúcida realidad. No sólo ser poetas sino vivir como poetas responsables, sin avidez literaria de ninguna especie. Ni la fama ni la gloria ni, mucho menos, el dinero. Nada con la publicidad vergonzosa, ni con el sucio oficialismo de los premios. ¿Qué premio podríamos esperar, de qué tribunal? La vuelta al principio, al origen. La ida y la vuelta al mismo tiempo, como el sol; sin abstracciones ni miedos a los irrisorios aparatos de la realidad. Porque lo que estaba en tela de juicio era la realidad misma.”
Como se ha señalado, inicialmente el grupo fue conformado por Braulio Arenas, Teófilo Cid y Enrique Gómez Correa. Al poco tiempo, y con tan sólo 14 años, se les unió Jorge Cáceres, quien potenció considerablemente al grupo. Además de estos cuatro poetas que principalmente conformaron el grupo, existe una considerable cantidad de poetas que compartieron el sentir y las ideas de Mandrágora, entre ellos Fernando Onfray, Mario Urzua, Gonzalo Rojas, Gustavo Osorio, Armando Gaete, Mariano Medina y Eugenio Vidaurrazaga. Además, Octavio Paz , no omite dentro del surrealismo chileno a un notable Rosamel del Valle.
En Mandrágora, existe una importante idea de poesía vinculada a un concepto oscuro o negro de lenguaje, añadiéndole una cuota de misterio y oscuridad, pues implica una suerte de carácter enigmático y disolvente de las categorías racionales de percepción, buscándose un modo expresivo que colinda con un intento de aprehender la inasibilidad de lo real. El grupo Mandrágora desarrolló su propuesta estética a través de revistas, exposiciones, difundiendo manifiestos, efectuando lecturas poéticas. Pero abarcaba más, tenía que ver con una actitud vital, expandir el habitual conocimiento personal de la realidad a través de un constante ejercicio poético. Estos son el gran aporte del surrealismo chileno de Mandrágora: lenguaje y actitud. La propuesta, apuntaba a la poesía como conocimiento de sí y del medio humano, poesía reveladora y visionaria, con una dimensión especial en la existencia, el erotismo y lo onírico. Además, el poder de creación de un objeto nuevo y autónomo, por parte del poema, principalmente derivado de la desviación lingüística – semántica, es otro elemento característico. Por último, la poesía como destrucción o reconstrucción a partir de la trasgresión, palabras como actos.
Aunque el epílogo del surrealismo chileno en Mandrágora, adquiere un dejo de desconocimiento o una carencia de reconocimiento, su aporte es indudable y, a partir de él, se levantan figuras de renombres en la escena chilena de la poesía. Pero más allá del reconocimiento, en parte despreciado por los mismos gestores del movimiento, puesto que para eso estaba la figura de otros autores; Mandrágora supone un cambio en el contexto literario y una respuesta al relato histórico de la época en Chile, una luminosa floración en la poesía surrealista de Latinoamérica.
Braulio Arenas
La mujer nupcial
Con labios de obsidiana con una piedra de tinta
Multiforme pesada rutilante
Que en el fondo del mar los árboles de dragones
Se aligeran con el frenesí de tener
Luz encerrada en un banco de hielos
De lobos desprendidos de sus párpados de mueble
De su boca de fuego y de mujer
Amontonadas estrellas
Que comen de día y duermen por la noche
Viven en los pantanos por la ley de la herencia
Memoria de luz vaciada
Bate entre mí como un vecino interno
Como la separación del luego y la familia
De la respiración que cae de pisada en mirada
Círculo irreal irreflexivo
De sombra a placer por una orden
Por un vocablo de áspid
Donde las aves se reúnen y estallan
Pasas con una estrella por toda vestidura
Dormida con tus misterios a flor de agua
Ella se atormenta con una instrucción de heridas
Y pasa por un terreno de silencios
Con ellos que no giran
La belleza
La tórrida destrucción del porvenir
Pasas con avidez
Silencio digital.
De El mundo y su doble, 1940
Enrique Gómez Correa
La pérdida de la mandrágora
El pájaro azul de la angustia
Estira sus alas y se prepara a la más singular de sus aventuras
Seguramente su conocimiento de las cosas la hiere más que la quemadura de la luz
Porque el amor en él fue carne y espíritu
El tú y el mí que se habían hecho uno en la planta mágica.
El pájaro azul te ha mirado
Y tú eres una extraña
Un singular vacío
Eres más extraña que su recuerdo
Que su misma nostalgia.
Las paralelas deben seguir su camino
El azar existe gracias a lo imprevisto de tu belleza
Y tú has dicho partir
Entonces vientos de soledad llenan las alcobas.
El pájaro azul te ha herido
Y tú bien sabes
Que toda melancolía es infinita.
Te había encontrado con el azar
Y te he perdido con el azar
Juntos nos sumimos en lo desconocido
Hasta ser desconocidos el uno del otro.
Dijiste:
“Todo designio se cumple
“Todo azar junta las paralelas
“Toda luz se reintegra a la tiniebla
“Y tú habiendo alcanzado lo desconocido
“Eres un extraño
“Has vendido tu alma a lo desconocido”.
Ya no te pertenezco
Soy el que parte con el azar
Con la noche que precipita los elementos
Soy el pájaro azul de la soledad.
De Reencuentro y pérdida de la Mandrágora, 1953
Jorge Cáceres
Pasos públicos
1
Sobre los pájaros la nieve sin salida
Y el pájaro sin cabeza canta
Sobre las nubes de vidrio rojo
Y a lo largo de los árboles blancos
La nieve es una estrella de agua clara.
2
Las alas sangran ellas son doradas
Alas de nieve sobre el parquet
Y la luz la luz una estrella.
3
La primavera deliciosa la visita del médico
Y el mar que ondula y el color de las cerezas
Las manos fértiles las coronas de llamas.
4
Los pájaros de gala buscan a los pájaros de hojas
Pero los barrios de invierno agonizan
Y los lagos de cuerdas doradas
Hieren los extremos de los invernaderos.
De René o la mecánica celeste,1942
Teófilo Cid
Nichos ovales
Por una mala cuenta torcí los pies al verte
Redimido el instante perverso en sus años
Loco de aquel enfermo cauce que tiene estrellas en el fondo
Me miro en tu presencia sin ultraje de invierno
En ti la fruta sigue su porvenir de rayo
El hambre tiene inconvenientes para arrugar el ceño
En vano el mirador se encuentra en turbias aguas
Más semejante a un fúnebre que buzo en el océano
Te encuentro en este manual de lluvias educadas
Al ver con qué sonrisa el mundo su mágdala pervierte
De ayunos y vergüenzas se hicieron tus saludos
Orden de dual martirio suspende su hora líquida
El sabe que ha de poner sus manos entre mis manos
El hambre y la tortura vagancia de sí mismo
Tiene un par de aretes para bailar el sable
Me incomodo y salgo de tu anuencia
Con voz de terremoto se aplastan verdes llaves
El chorro que cayó en mi soledad
Con cifras de agrado y témpano me doblo en tres mitades
Así presiento el numen del conscripto enamorado
En pie de madrigal su sien izquierda late
Por ver la maravilla que corre entre dos pistas
Negra de soledad tú vienes hacia mí.
Poema publicado en Lectura de Poemas, folleto publicado con ocasión de la primera aparición publica del grupo Mandrágora, Santiago, Julio de 1938.
Bibliografía
Baciu, Stefan. Surrealismo Latinoamericano. Valparaíso: Ediciones Universitarias de Valparaíso, 1979, Chile.
Paz, Octavio. Sobre el surrealismo hispanoamericano: el fin de las habladurías. Plural, N° 35, 1974, México.
Arenas, Braulio. El mundo y su doble. Ediciones Altazor, 1963, Chile.