para los aficionados al vino la posibilidad de tener una bodega en casa resulta no solo un aliciente para mantener el vino a punto y en las mejores condiciones sino que, además, ofrece la posibilidad de coleccionarlas y servir a los amigos en el momento adecuado. Para ello, existen en el mercado los elementos necesarios que permiten, sin poseer una verdadera bodega, la posibilidad de adecuar las condiciones de ésta en nuestro hogar.
Las bodegas naturales, antaño se encontraban en cuevas o bajo tierra, en la actualidad, que nuestra casa posea este tipo de recinto es difícil, a menos que uno viva en el campo. Pero sí se pueden emular las condiciones que poseen las bodegas naturales, donde una cueva de piedra de cinco o seis metros resulta la ideal.
La temperatura que se ha de conseguir en el espacio dedicado a las botellas tiene que estar alrededor de los 12 grados, manteniéndose durante todo el año, aunque si no se posee un mueble especial que consiga mantener esa temperatura, habría que, por lo menos, evitar que en verano, ese hueco o espacio no sobrepase los 20 grados, a menos que los vinos tengan una solera de 40 o 50 años.
temperatura y humedad.
La temperatura es una de las condiciones imprescindibles que se han de cuidar a la hora de mantener nuestros vinos, ya que las altas temperaturas favorecen su rápida evolución, con lo que se reduce su capacidad de almacenamiento. Es como la preparación en la comida, no es lo mismo un guiso realizado a fuego lento que el mismo realizado rápidamente en el microondas.
Si se tiene la posibilidad de poseer una habitación subterránea, como suele suceder en las casas que ahora tanto se prodigan, es decir, los chalet adosados, hay que procurar que se encuentre lo más orientada posible hacia el norte y, una vez que se ha escogido el sitio, tratar de aislarlo lo máximo posible. Debido a la dificultad para empedrar las paredes, existen en el mercado materiales de aislamiento de fácil colocación. En planchas o adhesivas para colocar en las paredes y techos, resultan mucho más económicas y dan excelentes resultados para el fin que se busca.
También se puede optar por construir tabiques con materiales aislantes, como la posibilidad que ofrece el pladur. Nueve centímetros de poliestireno extrusionado de alta densidad equivalen a un muro de dos metros de piedra. Cuanto mejor aislemos el recinto dedicado a nuestros vinos, mejor resultará su conservación, pues con ello se consigue una menor oscilación de la temperatura, tan importante para su mantenimiento.
Existen aparatos industriales especiales en el mercado que consiguen mantener una temperatura estable, además de un grado de humedad, ya que el aparato, parecido al que dispensa aire acondicionado, posee un humidificador integrado. Es preferible montar estos electrodomésticos hacia el exterior, pues de lo contrario crearán calor y provocarán ruido.
bodegas climatizadas.
Pero, si vive en la ciudad y su casa no tiene la posibilidad de adecuar ninguna habitación para resguardar el vino, existen también en el mercado aparatos especiales que mantienen el grado de temperatura y humedad óptimos de forma automatizada. Son las llamadas bodegas climatizadas.
Estos aparatos con forma de pequeños armarios tienen diversos tamaños, dependiendo de la cantidad de botellas que se quieran acumular. Con reposa botellas de madera, mantienen la circulación constante del aire, mediante una aireación natural que permite una renovación permanente y consiguen la oxigenación del vino.
Su sistema de aislamiento interior de alta densidad emula las propiedades de una cavidad, con una alta densidad de dos metros de tierra
Higrometría para la buena conservación del corcho (entre el 50% y el 80%) evitando la oxidación, desecación y contracción del mismo. Algunos modelos cuentan también con sistema anti vibración, diseñado para absorber las vibraciones y no perjudicar el proceso de maduración del vino y protección de los rayos ultravioletas, con doble acristalamiento, obteniendo de esta forma la protección del vino.