Las drogas no son un buen remedio para los problemas psicológicos

drogas_1Las personas con trastornos psiquiátricos o de personalidad, con cambios frecuentes del humor, pueden utilizar drogas pues es un modo de mantener la ilusión de que tienen el control y el poder de manejar sus estados de ánimo.

El efecto de ciertas sustancias como la cocaína les permite experimentar sentimientos de grandeza que pueden compensan la baja autoestima o enmascarar una depresión pero los efectos son por muy poco tiempo, lo que lleva a la repetición del consumo.

drogas_2La comorbilidad psiquiátrica indica la presencia simultánea de un trastorno mental y uso de alcohol u otras sustancias y existe una tendencia a la coexistencia de drogadicción y esquizofrenia, depresión, trastornos de ansiedad o trastorno límite de la personalidad. Sin embargo en muchos casos el consumo de drogas responde a un comportamiento reactivo a situaciones de crisis vitales como duelo, despido, jubilación, divorcios, bancarrota, etc.
La forma y duración de un trastorno psiquiátrico adicional al uso de sustancias estará matizado por el tipo de droga, el tiempo de uso, la respuesta personal a los efectos, si existe o no síndrome de abstinencia.
El consumo puede inducir, empeorar o disminuir los síntomas del trastorno mental haciendo más complicado el diagnóstico por lo que la ausencia de consumo de drogas o fármacos auto recetados será la principal herramienta para el mismo.
Las adicciones alteran el funcionamiento habitual de la persona y producen cambios de personalidad, y otros cambios psicopatológicos.
Se ha llamado hipótesis de la automedicación cuando el consumo de drogas se usa para aliviar transitoriamente los impulsos agresivos y sentimientos depresivos pero además de generar una adicción con todos los componentes negativos que ella implica, agravan los síntomas indeseables del otro trastorno que intentan corregir con el consumo.
Respecto al proceso de recuperación, los trastornos psiquiátricos subyacentes pueden interferir con la habilidad y motivación del paciente para participar en un programa de tratamiento.
Estas personas son más resistentes al cambio, tendiendo a la cronicidad y con mayor probabilidad de recaídas, bien sea por factores comunes a los adictos a sustancias como el craving o por factores específicos a otros trastornos psiquiátricos.

Nuestra experiencia en el tratamiento de las adicciones nos indica que la presencia de trastornos de la personalidad interfiere en el tratamiento de la drogodependencia siendo frecuente la coexistencia de dos o más trastornos de personalidad o psiquiátricos.
El logro de la abstinencia es un requisito primario para actuar sobre las creencias básicas del trastorno de base, no contaminadas por aspectos relativos al consumo.

En general se requiere mayor tiempo en la evaluación del cuadro y en el análisis de la motivación para el tratamiento. También es importante informar a familiares de las características del trastorno independientemente de la abstinencia o del consumo.
Si el paciente que presenta trastornos psicológicos y además consumo de sustancias no recibe un tratamiento integrado de ambos trastornos por un mismo profesional o por un mismo equipo no se siente atendido en la particularidad de su caso y tiende al abandono prematuro del tratamiento.
También es posible que recorra diversas instituciones lo que le provoca desgaste y sensación de que nunca podrá resolver su problema, por tal motivo el tratamiento integrado en una misma institución facilita la adherencia al tratamiento y por lo tanto mejora el pronóstico.

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Texto | Marta Cittadina · Psicóloga.