“Seguramente habré leído más poemas de alguno de mis compañeros de este foro que de todos los afamados poetas juntos”
Por expreso deseo de José Manuel Sáiz quien afirma “me he sentido más cómodo así” la entrevista al vencedor del Concurso de Poesía Alaire se presenta en formato narrativo en vez del habitual de pregunta y respuesta a través del siguiente texto enviado por José Manuel Sáiz.
Estimados amigos y compañeros de Alaire:
Me produce una gran satisfacción dirigirme a vosotros con estas líneas para dejaros algunas breves pinceladas sobre mi persona y mi relación con el mundo de la poesía.
Tengo 48 años y soy natural de Vitoria (Álava). Estoy soltero, aunque convivo con una mujer maravillosa llamada Olivia a la que considero, en cualquier caso, mi mujer.
Tengo una empresa de construcción (de casas de madera Finlandesas), y vivo, como no, en una de esas casitas, en Sabando (un precioso pueblo de la Montaña Alavesa). Es en esa casita y en su jardín pequeño donde yo escribo la mayoría de mis poemas.
He de confesar que apenas he leído poesía en mi vida. Mi ignorancia en esta materia es grande. Muy grande. Hasta hace poco mis lecturas poéticas apenas han ido más allá de las clásicas rimas de Bécquer, algo de Juan Ramón Jiménez, un poquito de Neruda y… como no, también de esa poesía con música que encierran ciertas canciones que me gustan, como son las coplas y boleros…; en fin, lo normal en una persona común. Seguramente habré leído más poemas de alguno de mis compañeros de este foro que de todos los afamados poetas juntos. Recuerdo que un día Luís Oroz me nombró a Mario Benedetti y su nombre me sonó como a defensa central de fútbol italiano. ¿De dónde entonces mi afición a la poesía y más aún siendo de ciencias? Pues no lo sé. Sinceramente no lo sé. De familia no me viene, eso seguro.
Mis primeros poemas datan de hace aproximadamente 25 años. Muchos de ellos los he ido exhibiendo en este foro con más o menos fortuna (con menos, sin duda). Antes de eso, la nada.
Pero sí recuerdo una cosa. Cuando tenía aproximadamente 12 años leí un poema en un libro de texto que me emocionó, sin ser su temática (la muerte) ni propia, ni atractiva para un niño; y a base de leerlo conseguí memorizarlo. Desde entonces esos versos me vienen a la mente muchas veces sin saber bien porqué. Ese poema se titula EL VIAJE DEFINITIVO, de Juan Ramón Jiménez; y empieza así… “Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando…”, seguro que ustedes lo conocen. Este es uno de los poemas que me hubiera gustado escribir a mí. Creo que su temática lírica ha influido mucho en mi estilo. Aparte de ese poema, creo que no recuerdo ningún título más del mismo autor; -un desastre. Después… la nada. Hasta que aparecieron de pronto en mi vida -hace un par de años- los foros de poesía virtuales; entre ellos, en Diciembre, el de Alaire.
Últimamente me he comprado algunos libros de poesía (y es que ahora me siento importante: ¡he ganado el concurso de Alaire!). Me he comprado un libro de Benedetti -que me ha defraudado un poco- otro de Bukowski, y otro de Gamoneda. Decir que este último me ha sorprendido gratamente. Su poesía es intimista, y tiene presente en varios de sus poemas (como a menudo hago yo) vivencias de la infancia y la figura de la madre (es un poeta huérfano de padre igualmente); también me ha sorprendido la reiterada utilización de la palabra “corazón” en toda su obra; palabra que yo empleo mucho en mis escritos desde siempre. Curioso.
Después de este preámbulo me temo, que el poco -y supuesto- prestigio que habría adquirido entre mis colegas con este premio, se habrá esfumado irremediablemente como el humo. Pero es que esa es mi realidad. Y no pretendo aparentar otra cosa que no soy. Nunca he escrito un soneto, por ejemplo, ni he contado jamás las sílabas de un verso. Cometo un sinfín de faltas de ortografía (aunque para eso están algunos amables foristas que me corrigen) y no controlo siquiera la gramática (¡Ay cómo envidio a los que dominan el arte de la literatura!). Como ya he dicho en alguna ocasión, mi estilo se basa en la sencillez y en el sentimiento, y éstos son terrenos resbaladizos que nos pueden conducir directamente al centro del corazón, o hacernos caer en el ridículo. A mí me ha pasado sin duda ambas cosas en poco tiempo. Si se domina la técnica creo que el riesgo se hace menor, se neutraliza, y la posibilidad de éxito aumenta, pero… a veces también son válidos otros recursos.
Me sentiría enormemente satisfecho si algún forista de Alaire llegara a identificarse conmigo y con mis palabras y ello le diera ánimos para escribir sin miedo a ser él mismo o a exhibir abiertamente sus sentimientos. Estoy muy orgulloso de haber ganado este prestigioso concurso y de haberlo hecho además al lado de excelentes poetas y mejores personas a las que nunca he considerado rivales ni me he sentido yo rival frente a ellas.
He de confesar una cosa; y es que, pese a no participar apenas en certámenes poéticos, éste de Alaire no es el único premio que he ganado. Hace un par de años se me ocurrió presentar un poema a un concurso internacional de poesía a ver que pasaba y… vaya, sorpresa, ¡premio!. Ello fue un gran estímulo para mí. Ese poema es hoy uno de mis preferidos y al que tengo un cariño enorme porque dice mucho de mí; el poema se titula EL CONTADOR DE ESTRELLAS. También he tenido algún trabajo figurando como poema del mes en algún que otro foro… pero sin el prestigio, que a mi entender, tiene este de Alaire.
La verdad es que no me he prodigado mucho en certámenes literarios. Hasta hace apenas un mes y medio no sabía, por ejemplo, que Alaire hacía un concurso mensual y tampoco entendía muy bien el significado de las estrellitas en los poemas. Ahora me agrada ver esas estrellitas en alguno de mis poemas. En realidad no voy buscando premios sino llegar a las personas con mis escritos, y parece que a veces, como en este caso, lo consigo. Y eso sí que es un verdadero premio, sin duda.
Un día perfecto para mi es aquel en el que puedo escribir tranquilamente en mi casa, en invierno, frente a la chimenea; o en verano en la suave armonía de mi jardín pequeño junto a Olivia (lástima que ya no esté Zal, mi perro grande)… y antes de que vengan los sobris a “romper la tarde” con sus sonrisas. Mi casa está junto a un río; y por eso utilizo mucho su recurso en mis poemas. Es importante para mí el entorno y ese estado de tranquilidad para escribir. Por eso mi poesía es tranquila como mi entorno, y lírica y nostálgica como mi corazón.
Me veo incapaz -y en cierta forma rehúso- responder a preguntas trascendentes o complejas, como por ejemplo, las que tratan de buscar el sentido trascendental o el aporte de la poesía a la sociedad actual, porque, simplemente, desconozco las respuestas. Esto lo dejo a poetas con mayor solvencia literaria que yo. Prefiero contar de manera sencilla mis pequeñas cosas. Y mis cosas en literatura son tan sencillas como éstas: leer, escribir, sentir… y poco más. Así soy feliz.
Me piden en la encuesta que dé algunos matices que influyan en mi manera de escribir y sentir la poesía. Bien, lo haré; pero, si me lo permiten, a través de dos pequeños ejemplos, -y con esto espero no aburrir a nadie-.
Quizás algún forista recuerde un par de poemas míos recientes titulados BONDAD y EL FARO.
En el primero cuento como yo, siendo niño y acompañado de mi madre, vi como alguien recogía a una persona ebria caída en el suelo ante la mirada displicente de gente cruzada de brazos. Bien, en realidad la historia no fue así. En realidad fui yo mismo quien recogió –hará un año de eso- a esa persona del suelo (con esto no pretendo dármelas de bueno, ¡eh!), pero recuerdo muy bien que entre aquellas personas había un niño acompañado de su madre que me miraba fijamente, muy fijamente -recuerdo su mirada- y pensé que quizás ese niño descubrió algo que sólo se aprende con la vida, y que tal vez ello perduraría para siempre en su recuerdo positivamente. Mi poema lo escribí desde la perspectiva de sus ojos, y de lo que a mí me hubiera gustado que aquella acción hubiera representado para ese niño. Me fijo en cosas como estas y luego trato de expresarlo en mis poemas. Hace poco vi por televisión como en Estados Unidos una mujer murió en el suelo de la sala de espera de un hospital por falta de auxilio y me acorde de mi vivencia –yo vi aquellas mismas miradas desdeñosas y sentí aquel mismo cruzar de brazos.
En cuanto al poema del faro, decir que lo escribí hace poquito después de ver la secuencia de una película titulada LARGO DOMINGO DE NOVIAZGO (un auténtico poema en imágenes), en la que la protagonista (Audrey Tautou) se sube a un faro con un muchacho al que ama y le pregunta: “¿Hasta dónde se verá el mar desde el faro?” Yo desarrolle mis versos a partir de esa frase y de aquellas escenas. Las imágenes me parecieron de tal ternura que quise expresar ese mismo sentimiento literariamente (con escasa fortuna, dicho sea de paso, porque una cosa es la intención y otra…. ). Ambos ejemplos ilustran un poco de qué fuentes bebe mi inspiración.
Mi poesía no es compleja porque mi corazón no es complejo. Mi poesía es sencilla en sus formas, aunque a menudo pretenda dotarla de una cierta metafísica -sin pretensiones- que hable de esperanza, de bondad, de la superación, de los miedos…, también me gusta poetizar ciertos tópicos o arquetipos de sobra conocidos por todos, pero que no viene mal recordar a veces -porque uno ha conocido, sufrido, pensado y vivido lo mismo que todo el mundo-. A pesar de todo ello, me cuesta mucho concretar la sencillez. Como soy tan nuevo en esto, creo conservar todavía ese sentimiento poético de la vida que pienso tiene cabida aún en este mundo. Con el tiempo quizás mi estilo evolucione o vaya por otros derroteros más complejos, nunca se sabe. Pero esa será otra historia. Y yo seré otro, sin duda.
No quisiera acabar esta entrevista sin decir a todos los foristas de Alaire, tanto del concurso como los que no concursaron, a los que me han votado como a los que no, y a todos los miembros de su administración, decirles, que además de ser unos excelentes poetas y escritores, son unas personas extraordinarias -de lo mejor que se puede encontrar en estos ámbitos-. Podría dar infinidad de nombres… pero no lo haré para no dejarme alguno en el tintero. Ellos ya saben. No me equivocaré si digo que éste, Alaire, es el mejor foro poético virtual y que me siento muy orgulloso de pertenecer a él. Además siento una enorme satisfacción por haber ganado su prestigioso concurso; mucha, mucha satisfacción.
No se equivocaron. Mi poema es bueno, claro… porque ustedes son grandes y lo hicieron bueno. Y ahora es vuestro. De todos. De Alaire.
Muchas gracias.
A todos, un abrazo.
José Manuel Sáiz – Txopo. EL CONTADOR DE ESTRELLAS (y de historias).